Este día sigue siendo relevante para recordar a individuos y gobiernos que el VIH no ha desaparecido. Continúa existiendo la necesidad urgente de aumentar la financiación de la respuesta al SIDA y la concienciación sobre el impacto del VIH en la vida de las personas, de acabar con el estigma y la discriminación y de mejorar la calidad de vida de quienes viven con el VIH.
El slogan del presente año es “Igualar” dado que las desigualdades que perpetúan la pandemia del sida son evitables; se les puede hacer frente.
El lema “Equalize” (por su nombre en inglés) es una llamada a la acción, un estímulo para que todos trabajemos por las acciones prácticas probadas que se necesitan para abordar las desigualdades y ayudar a terminar con la enfermedad.
Cuando se conmemoró por primera vez el Día Mundial del SIDA, en 1988, había muy pocas razones para ser optimistas. Pero el mundo fue avanzando y los países en vías de desarrollo lograron alcanzar estándares razonables. No obstante, los datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años del COVID-19 y otras crisis mundiales, los avances contra el VIH se han debilitado, los recursos se han reducido y, como consecuencia, millones de vidas corren peligro. Cada año 1,8 millones de personas contraen el VIH. Eso supone casi 5.000 nuevos casos de VIH cada día.
Sólo quedan 8 años para alcanzar el objetivo de 2030 de acabar con el SIDA como amenaza sanitaria mundial. Es urgente abordar las desigualdades económicas, sociales, culturales y jurídicas.