Según datos de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la actualidad más de 800 millones de personas viven en el umbral de la pobreza y muchas carecen al acceso de alimentos, al agua potable y un adecuado saneamiento. Otro dato alarmante es que más de la mitad de las personas que vive en extrema pobreza es menor de 18 años, lo que arroja estimaciones de que aproximadamente 662 millones de niñas y niños no cuentan con condiciones favorables para una vida digna.

La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. En su resolución 47/196, la Asamblea General invitó a todos los Estados a que dediquen el día a presentar y promover, según proceda en el contexto nacional, actividades concretas de erradicación de la pobreza y la indigencia.

La pobreza atenta contra los fundamentos establecidos para que cada una de las personas de todo el mundo, puedan gozar plenamente de cada uno de sus derechos. Por esto urge el compromiso constante y permanente de toda la comunidad internacional y de los Estados para concretar acuerdos, ayuda humanitaria y políticas que cambien esta realidad.