La solidaridad representa un acto sincero pleno de empatía y predisposición para con los demás. Simboliza el acto humano por excelencia y facilita la aceptación e inclusión.
En consecuencia, en el contexto de la globalización y el desafío de la creciente desigualdad, el fortalecimiento de la solidaridad internacional es indispensable. Es por eso que la Asamblea General proclamó el 20 de diciembre como Día Internacional de la Solidaridad Humana, y como marco fundamental del trabajo cotidiano que Naciones Unidas realiza alrededor del mundo.
El objetivo principal de este día internacional y su conmemoración cada año es fomentar iniciativas a largo plazo para la erradicación de la pobreza en el mundo, mediante el compromiso de impulsar la Agenda 2030 para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, para alcanzar la prosperidad, la igualdad y la paz.
A lo largo de la historia, grandes ejemplos de solidaridad han contribuido a que muchas realidades sociales cambien y se desarrollen, y han consagrado a personalidades como Mahatma Ghandi (1869-1948) o Nelson Mandela (1918-2013), entre otras.
Celebremos este día con la intención de hacer de la solidaridad la base esencial de otros valores humanos como el respeto y la tolerancia. De esta manera también contribuiremos a ampliar los derechos fundamentales de cada persona.