La alfabetización es la capacidad de leer y escribir o la habilidad de comunicarnos a través de un texto escrito, pero es mucho más que eso. Estar alfabetizado implica leer y escribir y se amplía en la habilidad para comprender un texto, interpretar la realidad y percibir qué y cómo mejorar el mundo en el que vivimos.
Desde 1967, el Día Internacional de la Alfabetización se celebra para recordar a la sociedad la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de derechos humanos y para lograr avances en su agenda con miras a un mundo más instruido y sostenible.
En la actualidad, y a pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten en las competencias básicas de lectoescritura de más de 773 millones de personas adultas. Sumado a esto, y por los acontecimientos que hemos vivido de pandemia global en estos últimos años, los esfuerzos de progreso de literalidad globales se han visto obstaculizados. Según UNESCO, se estima que a raíz de las consecuencias del COVID-19 casi 24 millones de estudiantes nunca regresarán a la educación formal, de los cuales se prevé que 11 millones son niñas y mujeres jóvenes.
Esta es una realidad que golpea a nivel mundial y que se profundiza en los países en vías de desarrollo al provocar un retroceso en los niveles de alfabetización de sus poblaciones.
Es por eso que desde UNESCO se ha establecido que el Día Internacional de la Alfabetización de este año 2022 se celebre bajo el lema “Transformar los espacios de aprendizaje de la alfabetización”. Su objetivo es brindar una oportunidad para repensar la importancia fundamental de los espacios de aprendizaje para desarrollar la resiliencia y garantizar una educación de calidad, equitativa e inclusiva.