Artículo de opinión

Derechos humanos: vida, libertad y dignidad como norte

Por la Dra. Ana Mármora (*)

Los derechos humanos son inherentes a todas las personas, sin distinción alguna. Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que, en la práctica, determinados sectores sociales y actores han quedado excluidos del pleno ejercicio de esas garantías. En tal sentido, el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) relanza su funcionamiento a partir de tres elementos fundamentales: la vida, la libertad y la dignidad.

El CIPDH es un organismo descentralizado del Estado argentino, dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación. Su auspicio por parte de la UNESCO, en calidad de Centro de categoría II, lo convierte en el primero especializado en el tema a nivel mundial. Esto coloca a nuestro país a la vanguardia de la materia, catalizando el compromiso de nuestras autoridades con el cuidado y la promoción de los derechos fundamentales de todos los individuos.

Mediante acuerdos de cooperación con actores de la sociedad civil local e internacional y otras áreas del sector público nacional, nuestro Centro lleva a cabo diversas acciones académicas, masivas y de comunicación con el objeto de poner de manifiesto la relevancia de los derechos humanos y sus implicancias en todos los órdenes de la vida cotidiana.

Por ello, y en línea con la orientación del Presidente Javier Milei, los conceptos de vida, libertad y dignidad constituyen los ejes rectores del trabajo del CIPDH. Reconociendo la vida desde la concepción, buscando la libertad plena de todos los individuos y promoviendo la dignidad durante el transcurso de sus vidas, podemos englobar todos los elementos que hacen a la protección de la persona desde la perspectiva de los derechos humanos.

Resulta un desafío, en esta etapa, la tarea de inculcar socialmente que los derechos humanos no son sinónimo de corrupción. Tampoco deben remitir exclusivamente a un determinado momento histórico o a un sector de la población en particular. Menos aún se trata de definiciones abstractas sin un sentido concreto. Por el contrario, su promoción activa puede y debe contribuir a mejorar la vida de todos los argentinos, en el marco de una administración honesta y despojada de sesgos ideológicos, que lleve a cabo acciones vinculadas a las tareas fundamentales del Estado de forma transparente y eficaz.

(*) Directora Ejecutiva del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos.

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