Las explotación sexual y la trata de personas es un delito grave que desarticula por completo la vida y la libertad y que despoja de sus derechos a las personas. Hoy se recuerda este día para concientizar la importancia de contribuir a la denuncia, enjuiciamiento de los explotadores y acompañamiento de las víctimas con acceso a sus derechos de reparación.
Fue establecido por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres, que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999.
La elección de la fecha no fue arbitraria. Un 23 de septiembre se sancionó la primera norma legal en el mundo destinada a luchar contra la explotación sexual y fue en Argentina. Se trata de la Ley 9143, conocida como “Ley Palacios”, sancionada en 1913.
La explotación sexual y la trata de personas constituyen un atentado contra la dignidad de quienes las padecen, carga contra los derechos humanos más elementales, contra valores como la integridad y la libertad. Por eso, desde los Estados, se debe contemplar la urgente y necesaria implementación de políticas que favorezcan a la protección integral de las víctimas y el permanente acompañamiento, la definición y concertación de medidas de reparación y resarcimiento, así como también acelerar a la justicia en torno de juicios y penas para los explotadores.
Conmemoremos este día con el objetivo de hacer visible esta problemática a la que muchas personas, en su mayoría mujeres y niñas, son sometidas y de que muchas no pueden salir sin ayuda. No a la Explotación Sexual. No a la Trata de Personas.
Para más información, sigue el enlace que lleva adelante el CIPDH-UNESCO.