Cada año, desde 1993 se celebra, el 22 de marzo, el Día Mundial del Agua para crear conciencia e inspirar acciones para abordar la crisis mundial del agua.
Se trata del recurso natural más valioso y el único que nos posibilita subsistir.
Como todo recurso natural si es mal administrado o no se realizan acciones para dejar de contaminarlo, es finito. Un dato revelador que nos proporciona Naciones Unidas es que cada año mueren aproximadamente 1,4 millón de personas y 74 millones verán acortada su vida a causa de enfermedades relacionadas con su carencia y falta de saneamiento o higiene deficientes.
Por otro lado, sabemos que no toda el agua del mundo es apta para consumo humano y es por eso que este día pretende concientizar a los Estados, y a la comunidad internacional, acerca del uso racional de este recurso, su adecuado cuidado y la implementación de políticas públicas que contribuyan a proteger las fuentes de agua dulce del planeta.
Es un trabajo que involucra a todos los países y por el que debemos ocuparnos de forma decidida y comprometida.
El objetivo principal este año, al observar este día, será que la ONU llevará a delante la Conferencia sobre el Agua 2023, bajo el lema “el año de los compromisos”. La conferencia será una oportunidad única para buscar soluciones a la crisis actual del agua y su saneamiento.
Asimismo, es una oportunidad trascendental para que los gobiernos y las personas interesadas en el tema se unan en este evento para asumir compromisos voluntarios que aceleren el progreso en el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento) y otras metas acordadas internacionalmente relacionadas con el agua.
El agua es nuestro más preciado recurso. Sin agua no hay vida, seamos conscientes de ello.