La IA está alterando la forma en que interactuamos con el mundo y la naturaleza del poder y, en última instancia, lo que significa ser humano. A medida que avanza, deberemos prestar atención a quienes controlan su desarrollo y su uso y qué responsabilidades y obligaciones recaen sobre ellos. Los derechos humanos deberán orientar la regulación y observancia permanente de esta disciplina.