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con graves violaciones a los derechos humanos

Memorial Tsitsernakaberd

Monumento
Monumento
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos

Dirección

8/8 Tsitsernakaberd highway

País

Armenia

Ciudad

Erevan

Continente

Asia

Tema: Genocidio y/o crímenes masivos

Objeto de memoria

Honrar y recordar a las víctimas del genocidio armenio.


Nombre o denominación institucional

Memorial Tsitsernakaberd al Genocidio Armenio

Fecha de creación / identificación / declaración

1967

Acceso al público

Libre


Descripción del lugar

El Memorial Tsitsernakaberd (Fortaleza de las Golondrinas, en idioma armenio) se erige en la ciudad Ereván, en Armenia. Está compuesto por una pirámide de 44 metros de altura que representa el renacimiento de la nación armenia; doce estelas agrupadas en un círculo que resguarda, a una profundidad de 1,5 metros, la “llama eterna”, signo de duelo; y un muro en el que están inscritos los nombres de los principales pueblos afectados por las masacres perpetradas por el Estado turco. Junto al memorial se encuentra un museo circular subterráneo que expone los hechos ocurridos desde 1915.

Durante siglos, el Imperio otomano tuvo una conformación multiétnica. Su organización social y política estaba sustentada en el poder de la elite musulmana, que estableció un acceso desigual a los derechos de ciudadanía en función de la etnia. La “cuestión armenia”, como se conoció el conflicto desde sus inicios, tuvo su origen en esa desigualdad a partir del reclamo de los armenios por mejorar sus condiciones de ciudadanía, sobre todo desde el último cuarto del siglo XIX.

A principios del siglo XX, el partido gobernante –Comité para la Unión y el Progreso (CUP)- se propuso la reforma del imperio y el desarrollo de una política de homogenización que implicaba la expulsión y eliminación de las poblaciones no turcas. Fueron víctimas de estas matanzas los armenios, que habitaban gran parte del territorio controlado por Constantinopla, así como también griegos, asirios y árabes. El día 24 de abril de 1915, cientos de figuras públicas armenias –intelectuales, artistas, religiosos– fueron arrestados y ejecutados en la capital de Constantinopla (Estambul) o deportados. La república Armenia considera esta fecha como el inicio del genocidio desde la “Ley sobre la condena del genocidio de los armenios de 1915 en la Turquía otomana” de 1988. De los dos millones de personas que conformaban la población armenia en 1915, se estima que un millón y medio fueron víctimas de las masacres, sometidos a expropiaciones, persecuciones y torturas, y obligados a dejar sus tierras en caminatas forzadas a través del desierto en donde la mayoría murió por agotamiento, hambre y tormentos.

En 1918, después de la Revolución rusa, la República Democrática de Armenia se declaró independiente pero rápidamente pasó a formar parte de la Unión Soviética hasta su autoproclamación de independencia el 21 de septiembre de 1991.

En 1985, la Subcomisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en su Informe revisado y actualizado sobre la cuestión de la prevención y sanción del crimen de genocidio, conocido como Informe Whitaker, se refirió a la matanza de armenios por los otomanos. En la actualidad, 29 países reconocen oficialmente el genocidio armenio.

La primera ceremonia oficial armenia de conmemoración a las víctimas fue una misa celebrada en 1920 en la catedral de Ejmiatsin donde se reunieron representantes católicos y protestantes. Allí se tomó la decisión de introducir en el año siguiente un “Día Nacional del Recuerdo de las Víctimas de la Primera Guerra Mundial” en el calendario litúrgico. El proceso de sovietización en 1921 y sobre todo luego, durante el período estalinista, imposibilitaron durante décadas las ceremonias de homenaje en Armenia.

El 24 de abril de 1965, en el contexto de la desestalinización y con motivo del quincuagésimo aniversario, se autorizaron las conmemoraciones. Se volvió a celebrar una misa en la catedral de Ejmiatsin en la que no participaron las autoridades, que asistieron a una ceremonia en la Ópera de Ereván. También se organizó por primera vez una manifestación masiva en las calles de la ciudad pidiendo justicia y la recuperación de las tierras expropiadas.

A partir de aquel momento, el 24 de abril pasó a ser la fecha en que armenios -tanto de Armenia como de la diáspora- conmemoran pública y masivamente el día del “Genocidio de los armenios de 1915 en la Turquía otomana”, que hasta ese momento se organizaba con ceremonias a puertas cerradas.

En Armenia, el primer monumento fue inaugurado en 1965 en el recinto de la catedral de Ejmiatsin. En 1967, el Estado armenio inauguró por primera vez en el espacio público el Memorial Tsitsernakaberd.  Tsitsernakaberd significa “fortaleza de las golondrinas” y hace referencia a que las golondrinas siempre regresan a su nido, incluso si su casa ha sido destruida. El 22 de noviembre de 1988 se aprobó la “Ley sobre la condena del genocidio de los armenios de 1915 en la Turquía otomana” que determinó el 24 de abril como el Día de Conmemoración de los Mártires del Genocidio. Cada año, en esa fecha, miles de armenios llegan al monumento para dejar una flor.

El 23 de agosto de 1990, el genocidio fue incluido en la Declaración de Independencia de Armenia y su recuerdo constituye uno de los pilares de la identidad armenia.

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