Con la esperanza de fortalecer y promover el reconocimiento, la justicia y el desarrollo de la comunidad afrodescendiente en todo el mundo, Naciones Unidas proclamó el Segundo Decenio Internacional (2025 – 2034).
El anuncio fue presentado a la comunidad internacional desde la sede de la Asamblea General de la ONU, el pasado 17 de diciembre de 2024. Este nuevo Decenio tiene como principales objetivos reforzar los avances del primero en materia de ampliación de derechos y en concretar las acciones para que realmente, impacten en la vida de miles de personas afrodescendientes a lo largo de todo el mundo.
El mayor flagelo que los afrodescendientes aún en nuestros días enfrentan, tienen que ver con un fuerte racismo sistemático y grados de desigualdades muy marcados. Las violencias y los discursos de odio, la falta de oportunidades, la limitación de derechos, la pobreza, la marginalidad social y laboral son realidades que todas las naciones deberían erradicar y, por ende, tomar el compromiso de velar para que así suceda.
En este sentido, Naciones Unidas acompaña a las comunidades de afrodescendientes con este 2do. Decenio, con una postura clara y contundente. En palabras del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, se destaca la decisión contundente de cambiar para siempre el panorama actual: “Los tres ejes principales de este nuevo Decenio Internacional para los Afrodescendientes serán: reconocimiento, justicia y desarrollo. Esta resolución busca abordar las distintas y efusivas formas contemporáneas de racismo y garantizar el pleno goce de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas afrodescendientes en todo el mundo”.
Durante el primer Decenio (2015 – 2024), se avanzó en temas de respaldo internacional pero muy pocos fueron los logros regionales y puntualmente locales. Todavía en los barrios, las comunas y las ciudades existen “guetos” de marginalidad para las comunidades de afrodescendientes. Esta es una realidad que no solo pasa en América Latina y el Caribe, sino que abarca a todo el mundo.
Según un informe de 2022 publicado por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), solo en nuestra región, existen más de 134 millones de personas que se autoidentifican a partir de categorías relacionadas con la afrodescendencia o el color de la piel, lo que representa el 20,9% de la población total de esta región. En un informe más reciente de Naciones Unidas, la cifra ya supera a los 200 millones de personas en la región descendientes de africanos y africanas. Las culturas y costumbres de los pueblos africanos, forman parte estructural de las idiosincrasias y de las raíces de cada nación latinoamericana, aunque muchas veces eso se quiera ocultar.
Es por ello, que resulta importante remarcar el compromiso de las naciones miembros de Naciones Unidas para fomentar y promover las mejores acciones para que los afrodescendientes puedan, durante los años que abarca este segundo Decenio, afianzar cada uno de sus derechos y, a su vez, para que cada acto de racismo sea erradicado. Todas las personas deben ser consideradas con igualdad y alejadas de toda estigmatización. Los derechos fundamentales deben contemplar a todas las personas, dentro de esas personas también lo están los afrodescendientes.
La dignidad de las comunidades siempre debe ir acompañada de una justicia que no recaiga en rasgos o estigmas, sino que salvaguarde la equidad y la igualdad. Las comunidades afro deben ser protegidas, no solo con palabras sino por hechos y políticas que garanticen sus capacidades de libertad y desarrollo en plenitud.
Para leer la Proclamación del Segundo Decenio Internacional de los Afrodescendientes, visite el siguiente enlace: https://documents.un.org/doc/undoc/ltd/n24/372/19/pdf/n2437219.pdf
Juan Pablo Urcola
Lic. en Comunicación Social (UNQ)
Diplomado en Ciencias Sociales (UNQ)