Cada 2 de octubre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia, una fecha instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para promover la paz y la no violencia a nivel global. En este día, es importante reflexionar sobre cómo la violencia afecta a diferentes grupos de personas, incluyendo a aquellas que viven con una condición de discapacidad.
En un entorno social no inclusivo las personas con discapacidad pueden ser más propensas a ser víctimas de distintas formas de violencia. Esto puede ocurrir tanto en ámbitos públicos como privados, y puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo el abuso físico, emocional y sexual, la discriminación, la exclusión social y el maltrato institucional.
La violencia hacia las personas con discapacidad no solo causa un profundo sufrimiento físico y emocional, sino que también socava sus derechos fundamentales. A menudo, estas personas se encuentran en desventaja para denunciar y escapar de situaciones de violencia debido a barreras físicas o comunicativas, o falta de acceso a sistemas de apoyo adecuados.
Es fundamental que la lucha por la no violencia incluya una perspectiva de discapacidad. Para ello, consideramos que es necesario abordar las siguientes cuestiones:
Acceso a la justicia: Garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso equitativo a los sistemas de justicia, incluyendo la posibilidad de denunciar casos de violencia y recibir una respuesta adecuada. Esto implica mejorar la accesibilidad física y comunicativa de los espacios judiciales, y capacitar a los profesionales en la atención a personas con discapacidad.
Sensibilización y educación: Fomentar programas de sensibilización y educación que promuevan el respeto y la inclusión de las personas con discapacidad. Esto puede incluir campañas de concienciación en medios de comunicación, educación inclusiva en las escuelas y formación en derechos humanos para profesionales de distintos ámbitos.
Empoderamiento y participación: Dar voz y poder decisional a las personas con discapacidad en la toma de decisiones sobre su propia vida y en el diseño de políticas públicas. Esto implica promover la participación real y significativa de las personas con discapacidad en los espacios de decisión, asegurando la accesibilidad de los procesos y la consideración de sus perspectivas específicas.
Prevención y apoyo: Implementar programas de prevención de la violencia dirigidos específicamente a personas con discapacidad, además de proveer servicios y apoyo adecuados a las víctimas. Esto incluye la existencia de líneas telefónicas de ayuda, refugios accesibles y profesionales capacitados en el abordaje de la violencia hacia esta población.
En el Día Internacional de la No Violencia, es fundamental reflexionar sobre cómo la violencia afecta a las personas con discapacidad y trabajar hacia una sociedad inclusiva y libre de violencia. Todos debemos asumir la responsabilidad de promover un cambio estructural que garantice los derechos y la seguridad de las personas con discapacidad, luchando contra la discriminación y la violencia que enfrentan diariamente. Solo a través de la participación activa y el compromiso de toda la sociedad podremos avanzar hacia un mundo más justo y pacífico para todas las personas, sin importar su condición o habilidades.
Lic. Fernanda Gil Lozano: Directora Ejecutiva CIPDH-UNESCO
Lic. Sofía Pirsch Spadaro: Asesora Área de Proyectos e Investigación CIPDH-UNESCO