La Casa de Ana Frank
Museo
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Dirección
Westermarkt 20
País
Países Bajos
Ciudad
Ámsterdam
Continente
Europa
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Objeto de memoria
Rememorar el genocidio cometido contra la comunidad judía en los Países Bajos y dar a conocer la historia de Ana Frank.
Nombre o denominación institucional
La Casa de Ana Frank
Fecha de creación / identificación / declaración
1960
Acceso al público
Libre
Vínculo UNESCO
2009: El diario de Ana Frank inscripto en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO.

Descripción del lugar
El museo se encuentra ubicado en el centro de Ámsterdam, en el edificio en donde permaneció Ana Frank junto a su familia entre los años 1942 y 1944. En el sitio se pueden visitar los espacios reducidos que habitaron las ocho personas escondidas en el anexo de la calle Prinsengracht 263. A través de fotos, citas, películas y objetos personales se recrean las condiciones de vida en el escondite, y se explican las labores que realizaban las personas que los ayudaban. El museo alberga los objetos originales de la casa, el diario de Ana Frank y una colección de artículos relacionados con su historia.
Annelies Marie Frank, conocida mundialmente como Ana Frank, nació en 1929 en la ciudad de Frankfurt, Alemania. En 1934, su familia, de ascendencia judía, debió emigrar a Holanda para huir de la persecución nazi. Otto Frank, el padre de Ana, fundó en Amsterdam la compañía Opekta que producía conservantes para mermeladas y funcionaba en la calle Prinsengracht 263.
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos fueron invadidos por la Alemania nazi en mayo de 1940 –ocupación que se extendió hasta 1945, año en que finalizó la guerra–. A partir de entonces, los nazis comenzaron a introducir numerosas leyes y regulaciones que dificultaron cada vez más la vida de los judíos en los Países Bajos. Así, Otto Frank perdió el control de su compañía y decidió construir un escondite en el anexo del edificio de la calle Prinsengracht 263.
El 6 de junio de 1942, la familia Frank se mudó al escondite en donde permaneció por más de dos años junto a la familia Van Pels y al odontólogo Fritz Pfeffer. Los ayudaron seis empleados administrativos de la compañía Opekta que actuaron como nexo con el exterior y proveedores de alimentos. El 12 de junio de 1942, Ana recibió un cuaderno como regalo de cumpleaños en el que comenzó a escribir su vida diaria y las experiencias en el escondite.
Finalmente, el 4 de agosto de 1944, la Gestapo (la policía secreta alemana) asaltó el anexo del edificio de Prinsengracht 263 y se llevó secuestrados a sus ocho habitantes, quienes fueron trasladados primero al campo provisional de Westerbork y luego, al campo de concentración de Auschwitz, en donde fue asesinada la madre de Ana. En diciembre de 1944, Ana y su hermana Margot fueron transferidas al campo de concentración Bergen-Belsen, en donde murieron de tifus en marzo de 1945.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en los Países Bajos fueron asesinados aproximadamente 102.000 judíos holandeses que representaban el 75% de la población judía de Holanda, lo que constituye la tasa más alta de asesinatos a la población judía de toda Europa occidental.
Una vez finalizada la guerra, en junio de 1945, Otto Frank regresó a Ámsterdam, en donde se enteró de que era el único sobreviviente de los ocho habitantes del escondite. Miep Gies, una de las empleadas administrativas que los había ayudado durante su cautiverio, le entregó el diario de Ana que había conseguido rescatar después del asalto de la Gestapo. En una anotación del 29 de marzo de 1944, la joven manifestó la voluntad de publicar sus textos, ya que había escuchado que un miembro del Gobierno holandés propuso publicar las cartas y los diarios como documentos históricos luego de que finalizara la guerra.
En 1947, Otto Frank publicó por primera vez el diario de Ana con el título La casa de atrás. El libro se agotó con rapidez y fue reeditado varias veces. Finalmente, fue publicado con el título El diario de Ana Frank y se convirtió en un fenómeno universal por ser el testimonio en primera persona de una niña sobre los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Desde su primera edición, se vendieron más de 30 millones de ejemplares y fue traducido a más de 50 idiomas. Con el tiempo, el diario de Ana Frank se ha convertido en lectura obligada en escuelas de todo el mundo.
El edificio de la calle Prinsengracht 263, en donde funcionaba el escondite, estuvo a punto de ser derribado después de la guerra. Sin embargo, gracias a la movilización de una comisión de ciudadanos de Ámsterdam, se rescató el sitio histórico. En 1957 se estableció la organización Casa de Ana Frank con el objetivo de preservar el escondite. Finalmente, el edificio fue restaurado y abrió sus puertas al público el 3 de mayo de 1960. El número de personas que asiste al museo aumenta continuamente, hasta alcanzar más de un millón por año en la actualidad. La fundación Anna Frank, gestora del legado de la niña, está a cargo del museo en donde se pueden visitar los espacios originales del anexo que funcionó como escondite durante la persecución nazi. Además, desarrolla material educativo sobre la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y el antisemitismo; y organiza talleres orientados hacia jóvenes y profesionales. Finalmente, la fundación holandesa trabaja con otras organizaciones asociadas en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos, Austria y Argentina que proponen una reproducción de los escondites.
En Holanda, también se crearon otros sitios de memoria sobre el Holocausto, como el Museo Nacional del Holocausto inaugurado en Ámsterdam en 2016.







