Mapa Interactivo Lugares de memoria relacionados
con graves violaciones a los derechos humanos

Marcha por la Justicia

Inmaterial
Inmaterial
Tema: Persecución política

Dirección

Free Derry Corner

País

Irlanda del Norte, Reino Unido

Ciudad

Derry

Continente

Europa

Tema: Persecución política

Objeto de memoria

Recordar a las víctimas del Domingo Sangriento y reclamar justicia por ellos y por otras causas que involucren derechos humanos y justicia social, ya sea a nivel local, nacional o internacional, homenajeando a quienes dieron la vida en esas luchas.


Nombre conocido

(En) March for Justice

Nombre o denominación institucional

Marcha por la Justicia

Fecha de creación / identificación / declaración

1973

Acceso al público

Libre


Descripción del lugar

La Marcha por la Justicia se realiza anualmente en la ciudad de Derry, Irlanda del Norte, el domingo más cercano al 30 de enero.

Encabezada por algunas familias de las víctimas del Domingo Sangriento (Bloody Sunday), la marcha traza la misma ruta de la manifestación del 30 de enero de 1972 en la que un grupo de manifestantes desarmados fue asesinado por el ejército británico. Los participantes portan cruces y carteles con los nombres y fotografías de las víctimas a través de Creggan, Brandywell, Bogside, Westland Street y William Street antes de terminar en el Free Derry Corner en Rossville Street. Allí, se detienen en el Memorial de los Mártires del Domingo Sangriento, erigido en el lugar en el que ocurrieron los asesinatos; efectúan un minuto de silencio, dejan ofrendas florales y pronuncian discursos.

Participan de la marcha además otros grupos que plantean reclamos relacionados con el reconocimiento de derechos civiles, con carteles y pancartas que visibilizan sus demandas.

En la semana previa se realizan toda clase de eventos conmemorativos que incluyen seminarios, exposiciones, concursos, conferencias y proyecciones audiovisuales.

A finales de la década de 1960 comienza una época de gran turbulencia en Irlanda del Norte. La ciudad de Derry fue el centro de gran parte del conflicto de este período conocido como “los problemas” (The Troubles) entre facciones que querían permanecer bajo la autoridad británica y se identificaban con el protestantismo y una minoría nacionalista que buscaba liberarse de Reino Unido, más identificada con el catolicismo. Esta última, siendo minoritaria, resultaba más vulnerable y empobrecida, experimentando un mayor cercenamiento de sus derechos civiles.

Ante la inminente organización de grupos paramilitares como el nacionalista Ejército Republicano Irlandés (IRA) y la unionista Fuerza Voluntaria de Úlster (UVF) el gobierno británico desplegó su ejército y lanzó la política de Internment (Internación). Esto significaba que cualquier persona sospechada de estar en una organización terrorista podía ser arrestada en el acto por tiempo indeterminado y sin ser juzgada.

En este contexto nace la Asociación de Derechos Civiles de Irlanda del Norte (NICRA) que organiza distintas marchas pacíficas en reclamo de sus demandas por los derechos civiles y contra el internamiento. Si bien esas marchas no estaban autorizadas, se solía consensuar con la autoridad local su recorrido y no reportaban episodios de violencia graves.

El 30 de enero de 1972, en una marcha en la que participaron alrededor de 15.000 personas, un grupo de jóvenes se alejó del recorrido principal (que tenían prohibido abandonar) hacia Bogside. En William Street se encontraron con el regimiento de paracaidistas británico que ocupaba una barricada para que no fuera recapturada por los manifestantes. Éstos comenzaron a agredir a los militares y arrojar piedras y otros objetos hacia ellos, y el regimiento respondió abriendo fuego.  De esta forma 13 personas desarmadas fueron asesinadas en el lugar y una treintena heridas gravemente, entre ellas un transeúnte que meses más tarde y a causa de aquellas heridas se convirtió en la catorceava víctima. Este episodio se conoció como el Domingo Sangriento (Bloody Sunday) o la masacre de Bogside. 

El impacto por el Domingo Sangriento tuvo como consecuencia inmediata la disolución del parlamento de Belfast, el incendio de la embajada británica en Dublín y una oleada de adhesiones al IRA, dando origen a la larga guerra civil que finalizó con el Acuerdo de Viernes Santo en 1998.

Menos de tres meses después de los hechos el gobierno británico presenta su investigación conocida como Informe Widgery, que exoneró total e incondicionalmente a los soldados determinando que habían actuado en defensa propia.

Por presión de familiares de las víctimas en 1998 se creó una nueva comisión, que en el año 2010 mediante el Informe Saville determinó que los asesinatos fueron “injustificados e injustificables”. A causa de ello el Primer Ministro efectuó un pedido de disculpas. 

A la fecha se están juzgando las responsabilidades personales.

En los días siguientes al Domingo Sangriento se produjeron graves incidentes en todo el mundo en protesta por lo ocurrido. Los funerales públicos de las víctimas contaron con la presencia de más de 15.000 personas, y a partir de 1973, ya dictado el Informe Widgery, una multitud encabezada por las familias de las víctimas marcha por las calles de Derry en el aniversario de la masacre reproduciendo el recorrido de aquella marcha de 1972.

En enero de 1974 se inaugura el Memorial de los Mártires del Domingo Sangriento en el lugar donde ocurrieron los asesinatos. El monumento tiene inscritos los nombres de las víctimas y sus edades y responsabiliza directamente a los paracaidistas británicos. Desde su inauguración la marcha se detiene en ese sitio se realiza un minuto de silencio, se dejan ofrendas florales y se pronuncian discursos.

En 1992 un grupo de familiares lanza una campaña por justicia con tres objetivos concretos: revocar los hallazgos de Widgery y llevar a cabo una nueva investigación, ganar el reconocimiento formal de la inocencia de sus seres queridos y enjuiciar a los responsables.

Los dos primeros objetivos se lograron en 2010 cuando el Informe Saville reconoció explícitamente la inocencia de las víctimas y la culpabilidad de los soldados. La marcha subsiguiente, en enero de 2011, fue encabezada por una pancarta con la palabra “vindicated” (reivindicado) y se anunció como la última. Sin embargo, un grupo de familiares en su discurso manifestó que aún restaba cumplirse el tercer objetivo de la campaña, que esa marcha englobaba otros pedidos de justicia y por los derechos civiles y que volverían todos los años. Este grupo sigue convocando anualmente a las masivas recordaciones.

A su vez un gran número de artistas de origen irlandés han dado a conocer al mundo la historia del Bloody Sunday a través de canciones, películas y documentales.