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con graves violaciones a los derechos humanos

Del cielo los vieron llegar | Monumento a las víctimas de los bombardeos a Plaza de Mayo de 1955

Patrimonio artístico
Patrimonio artístico
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Tema: Persecución política

Dirección

Parque Colón, jardines de la Casa de Gobierno de la República Argentina

País

Argentina

Ciudad

Buenos Aires

Continente

América

Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Tema: Persecución política

Objeto de memoria

Homenajear a cada una de las 308 víctimas identificadas del bombardeo de Plaza de Mayo acontecido el 16 de junio de 1955, así como al número aún no precisado de víctimas no identificadas y a los más de 1200 heridos por el ataque.


Nombre conocido

Del cielo los vieron llegar

Nombre o denominación institucional

Monumento a las víctimas de los bombardeos a Plaza de Mayo de 1955

Acceso al público

Libre


Descripción del lugar

El monumento consiste en una construcción vertical tipo tótem formado por seis troncos de palma vitrificada de distintas alturas (entre seis y siete metros) unidos por una franja de acero inoxidable a la altura de la vista de los espectadores. Esta franja está sujetada por bulones y contiene grabada la leyenda “Homenaje a las víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955. ‘Del cielo los vieron llegar’”, junto a los nombres de todos los fallecidos en el bombardeo cuyas identidades se conocen hasta ahora, previendo con un espacio en blanco la incorporación de más nombres en el futuro. El monumento está coronado por doce máscaras de bronce, en las que figuran tres rostros masculinos, tres femeninos y tres de niños/as carentes de expresión, y tres rostros que representan, en palabras de la autora Nora Patrich “el horror, con la boca abierta en un tremendo gemido desgarrante de espanto”. Además, tres brazos de bronce con sus manos abiertas que apuntan con sus palmas al cielo “imploran o tratan de proteger, según el espectador”.

El 16 de junio de 1955, la Armada Argentina, con apoyo de sectores de la Fuerza Aérea, encabezó un ataque que tenía como objetivo principal asesinar al presidente Juan Domingo Perón y a los miembros de su gabinete para consumar así un golpe de Estado. La maniobra comprendía también la agresión contra civiles que pudieran alzarse en defensa del gobierno constitucional. El propósito ulterior del ataque era instaurar un triunvirato civil integrado por dirigentes de las fuerzas políticas opositoras al gobierno.

Los aviones que surcaron el cielo del centro de Buenos Aires lanzaron más de cien bombas con un total de entre 9 y 14 toneladas de explosivos. La mayoría de ellas cayeron sobre las plazas de Mayo y Colón, y sobre la franja de terreno que va desde el Ministerio de Ejército y la Casa de Gobierno hasta la Secretaría de Comunicaciones y el Ministerio de Marina, en el centro porteño. Doce de las más de trescientas víctimas mortales se encontraban dentro de la Casa de Gobierno, en la que impactaron veintinueve bombas, de las cuales seis no estallaron. El resto de las bombas y los proyectiles de grueso calibre disparados desde los aviones y también por los infantes de Marina que intentaron asaltar la Casa Rosada estuvieron dirigidos a la población civil transeúnte.

El ataque aéreo se realizó en sucesivas oleadas entre las 12:40 y las 17:40. La Casa Rosada, la Plaza de Mayo y sus adyacencias (donde se registró el mayor número de víctimas), el Departamento Central de Policía, el edificio de la Confederación General del Trabajo y la residencia presidencial fueron los principales objetivos. Además de los más de trescientos muertos, el ataque dejó como saldo más de mil doscientos heridos. Tres centenares de civiles armados (llamados “comandos civiles”) intervinieron en acciones colaterales como la ocupación de los estudios de Radio Mitre, a través de la cual se lanzó una proclama que dio a Perón por muerto. El presidente se había retirado al Ministerio de Ejército, por lo cual no se encontraba en la casa de gobierno al comenzar los ataques.

El bombardeo a Plaza de Mayo fue el primer ataque aéreo contra objetivos terrestres efectuado por las fuerzas aéreas argentinas, tanto la Fuerza Aérea como la Aviación Naval, además de un antecedente directo de la autodenominada  “Revolución Libertadora” (1955-1958), dictadura cívico-militar que llegó al poder tres meses después del ataque mediante el golpe de Estado que depuso a Perón de la presidencia. Algunos de los protagonistas del bombardeo, como  los capitanes de fragata Emilio Eduardo Massera, Horacio Mayorga y Oscar Montes, y varios de los pilotos y tripulantes de aviones que escaparon del país tras el ataque serían más tarde acusados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

En 2005, cuarenta años después de los hechos, la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina (SDH) inició una primera investigación oficial sobre el ataque del 16 de junio de 1955. En este aniversario y también con impulso de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se presentaron distintos proyectos conmemorativos, como el Proyecto de Resolución 00453/2005, donde a pedido del diputado Milcíades Peña se crearía una Comisión especial en el ámbito de la CABA con el objetivo de homenajear a las víctimas de dicha masacre mediante actividades conmemorativas que debían llevarse a cabo entre el 13 y el 17 de junio de 2005, además de una obra escultórica y una placa conmemorativa. 

Otros dos proyectos estaban destinados a emplazar respectivos monumentos a las víctimas: uno presentado por la  senadora nacional Graciela Bar (Proyecto de Ley S-1775/07) que pasó por tres comisiones (Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, en primera instancia, De Presupuesto Y Hacienda y finalmente De Educación Y Cultura) antes de ser archivado de forma definitiva el 26 de junio de 2009 y perder estado parlamentario; el otro originado también en la Legislatura porteña (Proyecto de Ley 03216/2006) se articuló con la iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación “Del cielo los vieron llegar”.

El monumento es obra de la artista plástica y escultora argentina Nora Patrich (Buenos Aires, 1952) en base a la propuesta de la hija de una de las víctimas del bombardeo a la Plaza de Mayo, Liliana Bacalja, quién acercara en primera instancia a la Legislatura y al Poder Ejecutivo Nacional el proyecto de emplazamiento de un memorial destinado a recordar a las víctimas de junio de 1955. Bacalja elaboró la propuesta junto a Patrich y a Daniela Marino, abogada y presidenta de la Comisión de Familiares y Sobrevivientes del Bombardeo.

De acuerdo a Patrich, la obra posee diversas referencias en su estructura y concepción a los hechos relacionados con el bombardeo: la dirección vertical de los troncos, en forma de tótem de la tierra hacia el cielo, tal como fueron los efectos del estallido y agresión sufrida desde los aviones; asimismo, los troncos son árboles que estuvieron vivos y hoy muertos, simbolizando la forma en la que vidas diversas fueron truncadas por los atacantes. La artista subraya que la utilización del acero inoxidable tiene su origen en ser el mismo material frío del que estaban hechos los aviones que dejaron su impronta de muerte y terror, mientras que en el monumento los seres humanos dejan su impronta en el metal, ya que en esa cinta están grabados los nombres de todas las víctimas que se conocen a la fecha. El diseño prevé la posible incorporación de nuevas víctimas cuyas identidades pueden ser rescatadas del olvido. El acero se encuentra abulonado a los troncos, imitando el efecto de balas que lo sujetan a la madera, mientras que la elección del bronce para las máscaras se relaciona con un material más cálido para la representación de los rostros de las víctimas.

La Comisión de Cultura de la Legislatura porteña votó en favor del homenaje y del emplazamiento del monumento en la Plaza Colón, lindante con la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo, en noviembre de 2006. El monumento fue inaugurado el 17 de junio de 2008, a 53 años y un día de los acontecimientos, con la presencia de la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.