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con graves violaciones a los derechos humanos

Cenotafio y Museo Conmemorativo de la Paz Himeyuri

Monumento
Monumento
Museo
Tema: Conflictos armados

Dirección

671-1 Ihara

País

Japón

Ciudad

Itoman, Okinawa

Continente

Asia

Tema: Conflictos armados

Objeto de memoria

Conmemorar a las 211 alumnas y 16 profesoras de la Escuela Normal Femenina y de la Primera Escuela Secundaria Femenina de la Prefectura de Okinawa que fallecieron en la Batalla de Okinawa, uno de los episodios finales de la Segunda Guerra Mundial. De estas 227 víctimas, 136 mujeres y niñas (123 estudiantes y 13 profesoras) fueron asesinadas tras ser movilizadas al frente, obligadas a trabajar como enfermeras en condiciones inhumanas y abandonadas a su suerte bajo fuego enemigo.


Acceso al público

Libre


Descripción del lugar

El cenotafio consta de un monumento o torre trapezoidal de concreto con la montura de una escultura en bronce de un lirio (himeyuri, en japonés) y de una placa que lleva grabados los nombres de las 227 mujeres y niñas pertenecientes a la Escuela Normal Femenina y a la Primera Escuela Secundaria Femenina de la Prefectura de Okinawa fallecidas durante la Batalla de Okinawa (1945). La torre se encuentra cercada por una valla metálica, dentro de cuyo espacio se encuentra también la pequeña lápida original elevada en recuerdo de las víctimas en 1946.

El Museo de la Paz de Himeyuri se construyó siguiendo el modelo del edificio principal de la escuela en la que las niñas habían estudiado. Cuenta con seis salas en las que se exponen fotos de la víspera de la batalla de Okinawa y del hospital de campaña del ejército en Haebaru, retratos de todas las jóvenes que murieron tras la retirada de los militares al extremo sur de la península de Kyan, paneles que explican las circunstancias en las que murieron, veintiocho volúmenes de testimonios de 90 supervivientes y un diorama a tamaño real de la gama o cueva-hospital llamada Ihara Dai-san Gekagō (Cueva de la III Unidad Quirúrgica de Ihara) en la que muchas de ellas se vieron obligadas a trabajar y perdieron la vida.

Entre fines de marzo y el 22 de junio de 1945, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas estadounidenses y japonesas libraron una batalla terrestre en las islas de Okinawa, en el extremo sur de Japón. Los disparos y bombardeos navales estadounidenses, que hoy se conocen como la “Tormenta de Acero” por su inmenso volumen e intensidad, se cobraron la vida de más de 200.000 combatientes y no combatientes japoneses. En la isla principal de Okinawa, en el momento de la batalla, había 21 escuelas secundarias masculinas y femeninas. Al comenzar la batalla, se movilizó a estudiantes de todas estas escuelas: mientras que los alumnos trabajaban en el cuerpo de señales y otras labores, las alumnas tenían a su cargo principalmente tareas de cuidado como enfermeras. Por entonces Okinawa contaba con dos escuelas exclusivas para mujeres: la División Femenina de la Escuela Normal y la Primera Escuela Secundaria Femenina, ambas situadas en lo que hoy es el distrito de Asato de la ciudad de Naha. Después de la guerra, el grupo de alumnas y profesoras de las dos escuelas femeninas que fueran movilizadas pasó a llamarse “Cuerpo Estudiantil Himeyuri”, palabra que en japonés designa a una especie de lirio silvestre.

A medianoche del 23 de marzo de 1945, día en que las fuerzas estadounidenses comenzaron a desembarcar en Okinawa, 222 alumnas de entre 15 y 19 años de la Escuela Normal Femenina y de la Primera Escuela Secundaria Femenina guiadas por 18 profesoras se dirigieron desde sus establecimientos al Hospital de Campaña del Ejército de Okinawa. Este hospital estaba situado en una colina en Haebaru, a cinco kilómetros al sureste de Naha. Había unas cuarenta cuevas excavadas en la ladera de la colina, y las “salas de hospital” consistían simplemente en filas de literas mal construidas colocadas a lo largo de paredes de barro sin protección. A medida que aumentaba el número de soldados heridos, las estudiantes se veían obligadas a trabajar día y noche sin apenas tiempo para dormir. No sólo tenían que atender a los enfermos y heridos prácticamente sin materiales mínimos de seguridad o primeros auxilios, sino también realizar las tareas de llevar comida y agua, enviar mensajes y enterrar a los muertos. A las estudiantes se les había hecho creer que se las destinaría al Hospital de Campaña del Ejército, un pabellón seguro sobre el que se izaba una bandera de la Cruz Roja, para realizar trabajos de enfermería. Sin embargo su situación no fue diferente a la del frente: se encontraron en el campo de batalla bajo un continuo bombardeo. No existía base legal alguna para esta movilización de jóvenes estudiantes con fines militares: no obstante, el ejército japonés implementó el programa.

El 25 de mayo se emitió una orden de evacuación para el Hospital de Campaña del Ejército, en dirección al sur de la isla. Algunas estudiantes atendían a los pacientes que podían caminar, mientras que otras llevaban a sus amigos heridos en camillas o transportaban medicinas y documentos en sus mochilas; todos se dirigieron hacia el sur en medio de un aluvión de obuses. Las profesoras y alumnas que se trasladaron desde el Hospital de Campaña del Ejército y sus cuevas clínicas separadas en Haebaru se reunieron al día siguiente en lo que hoy es Ihara, ciudad de Itoman. En esta zona había muchas cuevas naturales -llamadas “gama” en lengua okinawense- y muchos civiles buscaban refugio en ellas. El ejército obligó a los civiles que se habían escondido en las cuevas a salir, y los miembros del Hospital de Campaña del Ejército se refugiaron en seis “gama” distintas. El Hospital de Campaña del Ejército se había quedado sin la mayoría de los equipos médicos y medicamentos y había dejado de funcionar como hospital: ni siquiera había cuevas adecuadas para recibir a los soldados heridos. Aun así, las alumnas se encargaron de las tareas de asegurar la comida y el agua y de enviar mensajes en medio de los bombardeos.

A medianoche del 18 de junio, se emitió una orden de desactivación para las estudiantes del Hospital de Campaña del Ejército. Las fuerzas estadounidenses se acercaban y había un intenso bombardeo en el exterior. No obstante, las estudiantes tuvieron que abandonar las cuevas y valerse por sí mismas a partir de entonces. A finales de junio, el 32º Ejército (Fuerzas de Defensa de Okinawa) fue destruido. El comandante Ushijima no permitió que los soldados supervivientes se rindieran y, antes de suicidarse él mismo, ordenó a todo el personal que luchara hasta el último momento. Durante los 90 días transcurridos desde el comienzo de su movilización en marzo hasta la emisión de la orden de desactivación, murieron 19 estudiantes y maestras Himeyuri; las 117 víctimas restantes murieron en los primeros días tras la desactivación del cuerpo.

La cueva sobre la que se alza actualmente el cenotafio de las estudiantes Himeyuri se llamó “Cueva de la III Unidad Quirúrgica de Ihara”, ya que fue el lugar al que se trasladó el Tercer Departamento de Cirugía del Hospital de Campaña del Ejército tras su retirada al sur de Okinawa. En esta cueva había unas 100 personas, entre estudiantes Himeyuri y otros trabajadores del hospital, miembros del cuerpo de señales y residentes locales. Aunque las estudiantes Himeyuri escaparon de la cueva tras la desactivación de su unidad, no pudieron encontrar ninguna otra cueva en la que esconderse. Se refugiaron entre arbustos de cícadas o pinos durante el día, y se desplazaron hacia la costa por la noche, cuando amainó el ataque. Algunas de ellas se suicidaron de diversas formas por miedo a ser violadas sistemáticamente por los soldados estadounidenses, ya que se había educado a las jóvenes en el miedo a los kichiku beiei (“bestias anglosajonas” en japonés), por lo que ser hechas prisioneras era la posibilidad más temida. Antes de que la batalla terminara, algunas estudiantes se arrojaron desde los escarpados acantilados de la orilla del mar de Arasaki; otras se envenenaron con cianuro o detonaron granadas de mano sobre sus cuerpos.

Finalmente, las sobrevivientes encontradas fueron llevadas a centros de recogida estadounidenses entre el 20 y el 23 de junio, mientras que otras se escondieron durante más de dos meses sin siquiera enterarse de la rendición de Japón y no fue hasta el 22 de agosto cuando fueron recibidas en campos de refugiados. Como resultado total, de las 240 mujeres y niñas movilizadas desde los establecimientos Himeyuri, 136 de ellas fallecieron (123 estudiantes y 13 maestras). A ellas se añaden otras 91 mujeres y niñas de estas escuelas (88 estudiantes y 3 docentes) que no fueron movilizadas pero fallecieron en otras circunstancias durante la Batalla de Okinawa.

Después de la guerra, los habitantes de Mawashi, el lugar donde se ubicaban las escuelas (hoy un distrito de la ciudad de Naha) recibieron del ejército norteamericano la orden de mudarse al área de Komesu, al este de Ihara. Fue en 1946 cuando el grupo formado en torno a Kinjō Kazunobu, alcalde de Mawashi y familiar de una de las víctimas, comenzó a recoger los restos mortales de las himeyuri y a construir osarios. A instancias del Sr. Kinjo, los aldeanos de Mawashi erigieron ese año el Konpaku-no-tô (monumento a los espíritus de los fallecidos) como panteón para estos restos. Este fue el primer monumento a los caídos en la guerra que se construyó en Okinawa después de la contienda. El 5 de abril del mismo año, los aldeanos erigieron el Himeyuri-no-tô o cenotafio de Himeyuri en el lugar donde se encontraba la Tercera Cueva Quirúrgica de Ihara, lugar donde fallecieron la mayor cantidad de víctimas himeyuri. El 7 de abril, dos días después de la erección del cenotafio, se llevó a cabo el primer servicio de consuelo espiritual para los fallecidos. Este primer monumento consta de una pequeña lápida inscrita; el mismo sería ampliado a su forma actual en junio de 1957 e incorpora la lápida original dentro del cerco que lo contiene. Sobre la base de estos hechos, el escritor oriundo de Okinawa Ishino Keiichirō publicó su novela Himeyuri-no-tō, que fue llevada al cine en 1953. La película alcanzó un gran éxito, ayudando a que se popularizara el nombre himeyuri por todo Japón.

Los edificios de la Escuela Normal Femenina de Okinawa y la Primera Escuela Secundaria Femenina de Okinawa fueron destruidos en la Batalla de Okinawa y las escuelas fueron cerradas. Sin embargo, poco después de la guerra, las graduadas de ambas escuelas restablecieron su asociación de ex alumnas con la creación de la Asociación de Exalumnas Himeyuri en 1948; dicho nombre hace referencia al título de la revista escolar de ambos establecimientos antes de la guerra. Las ex alumnas Himeyuri trabajaron para reconstruir el Salón de Exalumnas, organizar una campaña de recaudación de fondos y asegurar un terreno propiedad de la Asociación de Exalumnas, con el firme deseo de crear un museo conmemorativo que conservara y expusiera materiales relacionados con el Cuerpo de Estudiantes Himeyuri y transmitiera la tragedia de la guerra a las generaciones futuras. A partir de 1960, cuando la vida en Okinawa empezó a adquirir cierta normalidad, se autorizó a la asociación a convertirse en una fundación legalmente constituida y desde entonces ha participado en muchas actividades bajo el nombre “Himeyuri Alumnae Incorporated Foundation”. Algunos de sus logros como fundación legalmente constituida incluyen la institución del Fondo de Becas para Ex-Alumnas Himeyuri, así como el establecimiento del Museo de la Paz Himeyuri.

La construcción del Museo se decidió el 6 de junio de 1982, en la asamblea general de la Asociación de Ex-alumnas de Himeyuri. Así, en enero de 1983, la Himeyuri Alumnae Incorporated Foundation tomó a su cargo facilitar el establecimiento del museo. Los trabajos preparatorios para su fundación consistieron en la selección de un emplazamiento apropiado, la recaudación de fondos a través de organizaciones benéficas y la toma de decisiones relativas a los materiales de exposición. El 23 de junio de 1989, el Museo de la Paz de Himeyuri fue finalmente inaugurado en el predio donde se encuentra el Cenotafio de Himeyuri. El Sr. Seizen Nakasone, que fue profesor acompañante del cuerpo de estudiantes durante la guerra, se convirtió en el primer director del museo. Las supervivientes del cuerpo estudiantil de Himeyuri, que fueron responsables de crear las exhibiciones en el museo, continuaron operándolo por su cuenta después de su apertura y participando en diversas actividades como dar testimonios, realizar exposiciones especiales y publicar libros.

Los edificios del museo se asemejan a los de la Escuela Normal Femenina de Okinawa y la Primera Escuela Secundaria Femenina que fueron destruidos en la guerra. El jardín de flores del patio está dedicado a las almas de las jóvenes que perdieron sus vidas en el campo de batalla, y las exalumnas sobrevivientes han celebrado un servicio conmemorativo en el Cenotafio Himeyuri cada mes de junio para conmemorar a las estudiantes y maestras fallecidas. Dado que el número de supervivientes de la guerra disminuye cada año, el museo decidió que era esencial relatar las realidades de la guerra de una forma más accesible para las generaciones más jóvenes: con este fin se llevaron a cabo amplias reformas de las exposiciones en 2004 y en 2021. Además, una nueva ampliación, la “6ª Sala de Exposiciones: El Pasaje hacia la Paz” se creó en la primera de estas reformas con el objetivo de transmitir deseos de paz a las generaciones futuras. Por otra parte, a medida que la población de exalumnas continúa envejeciendo, la junta directiva de la Himeyuri Peace Foundation (ex Himeyuri Alumnae Incorporated Foundation) ha incorporado crecientemente miembros/as nacidos en la posguerra para darle continuidad al trabajo de sus predecesores/as, y en abril de 2018 se nombró por primera vez como director del museo a una persona nacida después de la guerra. Aunque el liderazgo de la Fundación está cambiando de ex alumnas que experimentaron la guerra a otros y otras que no, la filosofía del museo de Himeyuri permanece inalterada.

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