Día de Conmemoración del Genocidio Rohingya
Inmaterial
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Dirección
6577+2CV, Teknaf Highway
País
Bangladesh
Ciudad
Cox's Bazar
Continente
Asia
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos
Objeto de memoria
Conmemorar los sucesos del 25 de agosto de 2017, en el que fuerzas de seguridad oficiales y milicias paraestatales del estado de Rakhine, en Myanmar, lanzaron una operación especial en la que se perpetraron masacres y se destruyeron casas y pertenencias en pueblos de mayoría rohingya. En las semanas siguientes, los soldados a cargo de la ofensiva violaron, torturaron y asesinaron a civiles rohingya e incendiaron sus aldeas en toda la región. Agencias internacionales calculan que alrededor de 1000 personas fueron asesinadas y más de 700.000 rohingya huyeron o fueron forzosamente desplazados hacia el país vecino de Bangladesh a causa de los hechos acontecidos en agosto de 2017. Actualmente, más de un millón de refugiados rohingya residen en enormes campos de refugiados en Bangladesh, y aproximadamente 600.000 personas permanecen aún en el estado de Rakhine, donde siguen sufriendo graves restricciones de derechos y la amenaza de más violencia.
Fecha de creación / identificación / declaración
2018
Acceso al público
Libre

Descripción del lugar
Desde 2018, diversas organizaciones de la sociedad civil representantes del pueblo rohingya consagran cada 25 de agosto el Día de Conmemoración del Genocidio Rohingya. Ese día los rohingyas de la diáspora y de los campos de refugiados de varios países celebran vigilias con velas, oraciones públicas interreligiosas, recitan poesía, comparten historias orales, organizan exposiciones sobre los refugiados y participan en actividades comunitarias, todas acciones destinadas a recordar y honrar la memoria de las víctimas rohingyas de los crímenes perpetrados por las autoridades políticas, militares y policiales de Myanmar el 25 de agosto de 2017. Los hechos de ese año estuvieron precedidos por décadas de violencia y opresión en Myanmar contra los rohingya, incluidos ataques generalizados contra sus comunidades en 2012 y 2016.
Los rohingya son un grupo étnico indoario, sin identificación o representación a través de un Estado nacional, que mayormente profesa el islam -aunque con minorías que se adscriben al hinduismo y al cristianismo- y que residía principalmente en el estado de Rakhine, Myanmar, antes de los sucesos de agosto de 2017. Los rohingya proclaman que provienen originalmente del oeste de Myanmar y que descienden de pueblos de la Arakan precolonial y la Arakan colonial (actual Rakhine) con un legado de más de un milenio e influencia de árabes, mongoles y portugueses. Por su parte, el gobierno de Myanmar considera a los rohingya emigrantes de la época colonial y poscolonial británica procedentes de Chittagong, en Bangladesh, y no reconoce el término “rohingya”, prefiriendo referirse a la comunidad como “bengalí”. Esta noción pretende enfatizar el supuesto origen indio y musulmán, en lugar de myanma y budista, de la población rohingya en Myanmar.
El dominio colonial británico en Birmania (actual Myanmar) se extendió entre 1824 y 1948, cuando el país declaró su independencia. Los conflictos intercomunitarios entre musulmanes y budistas arakaneses existían desde décadas antes de la creación del actual estado de Myanmar, con distintos períodos de conflictos étnico-religiosos que comenzaron durante las sucesivas invasiones japonesa y tailandesa de Birmania y la retirada de la administración británica (1942-1948) durante la Segunda Guerra Mundial y los años inmediatamente posteriores. En este contexto, muchos musulmanes huyeron de las regiones controladas por los japoneses y de mayoría budista al norte de Arakan, y muchos otros fueron asesinados, mientras que los ataques musulmanes en represalia provocaron la huida de la población budista al sur de Arakan.
Bajo el gobierno militar de Ne Win, primer ministro de Birmania a partir de 1958, las autoridades se volvieron cada vez más hostiles hacia los rohingya y adoptaron medidas para privarlos de sus derechos ciudadanos y disolver sus organizaciones sociales y políticas. A partir de 1964, se crearon diversos grupos rohingya con el objetivo de crear una zona musulmana autónoma para su pueblo. La formación y existencia de varios grupos insurgentes como el Partido de Liberación Rohingya (1972-1974), el Frente Patriótico Rohingya (1973-1986), el Frente Islámico Rohingya de Arakan (1986-1998), el Ejército Nacional Rohingya (1998-2001), el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (2013-presente), el Ejército Rohingya de Arakan (2020-presente) y la Organización de Solidaridad Rohingya (1982-1998, 2021-presente) ha sido utilizada como excusa por las autoridades para atacar al pueblo rohingya en su conjunto con fines de desplazamiento y limpieza étnica.
En 1978, el ejército de Myanmar y funcionarios de inmigración llevaron a cabo una operación militar (Operación Rey Dragón) con el propósito declarado de empadronar a los ciudadanos del norte de Arakan y expulsar a los llamados “extranjeros” de la zona antes de realizar un censo nacional. El resultado fue el desalojo forzoso de aldeanos rohingya mediante intimidaciones, violaciones y asesinatos. En el lapso de los siguientes tres meses, entre aproximadamente 200.000 y 250.000 refugiados, en su mayoría musulmanes rohingya, huyeron a través de la frontera a Bangladesh. El gobierno de Birmania proclamó que el éxodo masivo confirmó que los rohingyas eran en realidad “inmigrantes ilegales”. Los episodios de 1978 supusieron el primer caso de persecución sistemática y violencia étnico-religiosa a gran escala contra los rohingya por parte de las autoridades estatales y la población budista-nacionalista de Myanmar.
Desde 1982 y en virtud de la ley de nacionalidad de Myanmar, a los rohingya se les niega la ciudadanía. También existen restricciones a su libertad de circulación, acceso a la educación estatal y a los empleos en la administración pública. Entre 1991 y 1992, otra operación militar de las Fuerzas Armadas de Myanmar (Operación Nación Limpia y Hermosa) reprimió a las comunidades rohingya del norte de Rakhine, y la violencia subsiguiente provocó el desplazamiento de entre 200.000 y 250.000 civiles. Otros episodios importantes tuvieron lugar en 2012, cuando la represión policial y militar de protestas y disturbios entre budistas y rohingyas se saldó con 168 muertos, 200.000 desplazados y más de 5.100 casas quemadas; y en 2016, cuando otra operación de “limpieza” incluyó detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, violaciones en grupo, brutalidades contra civiles, incendios de casas, escuelas, mercados, tiendas y mezquitas, y saqueos. Aún se desconoce el número de víctimas mortales de los sucesos de 2016, que se calcula en centenares.
En la madrugada del 25 de agosto de 2017, hasta 150 insurgentes musulmanes lanzaron ataques coordinados contra 24 puestos policiales y la base militar del 552º Batallón de Infantería Ligera en el estado de Rakhine, dejando 71 muertos (12 miembros del personal de seguridad y 59 insurgentes). A partir de ese día, el ejército de Myanmar, junto con las autoridades locales y civiles budistas de Rakhine, lanzó represalias masivas que describió como “operaciones de limpieza” antiterroristas. Testimonios de refugiados rohingya informaron que numerosos civiles, entre ellos mujeres y niños, habían sido golpeados, violados, torturados, tiroteados, asesinados a hachazos o quemados vivos de forma indiscriminada, y que pueblos enteros habían sido incendiados por las autoridades y fuerzas paramilitares budistas. Estudios y agencias internacionales estiman que al menos 24.000 personas fueron asesinadas, 18.000 mujeres y niñas fueron violadas, 115.000 casas fueron incendiadas y más de 700.000 rohingya huyeron o fueron desplazados forzosamente a Bangladesh como consecuencia de los hechos posteriores al 27 de agosto, generando una grave crisis humanitaria. En la actualidad, más de un millón de refugiados rohingya residen en enormes campos de refugiados en Bangladesh, y aproximadamente 600.000 personas permanecen aún en el estado de Rakhine, donde siguen enfrentándose a graves restricciones de derechos y a la amenaza de nuevos actos de violencia.
Desde los sucesos del 25 de agosto de 2017, un informe de la Misión Independiente de Investigación designada por el ACNUDH de septiembre de 2018 recomendó que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas remitiera el caso a la Corte Penal Internacional y registró “graves violaciones y abusos a los derechos humanos” como violaciones masivas, asesinatos, torturas y encarcelamientos. También acusó al ejército de Myanmar de crímenes contra la humanidad, genocidio y limpieza étnica. El informe de la misión recomendó que seis generales birmanos fueran juzgados en un tribunal internacional por las atrocidades cometidas contra los rohingya. Un informe final compilatorio de la Misión en septiembre de 2019 amplió y endureció las recomendaciones para el gobierno de Myanmar.
El 11 de noviembre de 2019 Gambia, con el apoyo de las 57 naciones de la Organización para la Cooperación Islámica, presentó una demanda contra Myanmar ante la Corte Penal Internacional (CPI) de la ONU en nombre de los rohingya, alegando que Myanmar cometió un genocidio contra el grupo minoritario musulmán. Dos días después, la Burmese Rohingya Organization UK (BROUK) presentó una demanda federal en Argentina en virtud de la “jurisdicción universal” contra altos dirigentes militares y civiles, y el 14 del mismo mes la CPI autorizó una investigación sobre posibles crímenes contra los rohingya por parte de altos cargos militares y civiles. El 23 de enero de 2020 Gambia ganó una sentencia contra Myanmar en la CPI para que se adoptara una medida provisional de protección, ya que ésta consideró que el gobierno demandado había incumplido sus obligaciones en virtud de la Convención para la Prevención y Castigo del Crimen de Genocidio. El 27 de junio de 2024, el fiscal federal argentino Guillermo Marijuán solicitó la detención y declaración indagatoria de 25 funcionarios, militares y policías de Myanmar por aberrantes “crímenes de genocidio y lesa humanidad” cometidos contra la comunidad rohingya en ese país desde el año 2012 hasta el año 2018.
Desde el comienzo de las hostilidades sistemáticas del gobierno de Myanmar hacia los rohingya, diversas organizaciones de la sociedad civil, víctimas directas del accionar represivo y refugiados en los grandes campamentos para desplazados del otro lado de la frontera en Bangladesh iniciaron acciones de difusión y reclamo de esclarecimiento de los crímenes cometidos. Algunas tienen sede en el campo de refugiados de Kutupalong (cerca de la ciudad de Cox’s Bazar, en Bangladesh), el más grande del mundo, donde actualmente residen más de 860.000 rohingyas. Entre ellas está la Arakan Rohingya Society for Peace and Human Rights (ARSPH), liderada hasta su asesinato en 2021 por el activista Mohib Ullah. Otras organizaciones, producto de la diáspora de las últimas décadas, están basadas en Estados Unidos y el Reino Unido, como la Arakan Rohingya Union (ARU, donde confluyen 61 grupos distintos), la Arakan Rohingya National Organisation (ARNO) o la Burmese Rohingya Organisation UK (BROUK), entre muchas otras.
Una de estas últimas, la Free Rohingya Coalition (FRC), es una red global de activistas rohingyas que concibió entre sus principales iniciativas el establecimiento del Día de Conmemoración del Genocidio Rohingya, ya desde el primer aniversario del 25 de agosto de 2017. En su sitio web, la FRC estipula que esta iniciativa tiene como objetivo “promover la conmemoración por los gobiernos locales del 25 de agosto como Día Anual de Conmemoración del Genocidio Rohingya. Myanmar afirma, sin que ninguna organización independiente lo haya verificado, que el 25 de agosto el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan atacó 30 puestos de policía y mató a una docena de agentes. La ONU, investigadores y académicos consideran que esta afirmación es un pretexto inventado en el que se basa Myanmar para justificar el traslado forzoso de más de 700.000 rohingya a Bangladesh y la comisión de numerosos crímenes atroces masivos en el proceso”.
Mediante comunicados y una campaña de difusión e incidencia internacional, estos esfuerzos fueron instrumentales para darle forma a las conmemoraciones con las actividades sugeridas (celebrar vigilias con velas, oraciones públicas interreligiosas, recitar poesía, compartir historias orales, organizar exposiciones de arte y fotografía sobre los refugiados, ver documentales sobre el genocidio de Myanmar y participar en actividades comunitarias diseñadas para recordar y honrar la memoria de las víctimas rohingya), especialmente dado que desde su primera realización en 2018 numerosas personas en la comunidad de refugiados de los campos bangladesíes y en la diáspora alrededor del mundo se plegaron a los actos recordatorios y adoptaron la iniciativa como propia, impulsándola en los años subsiguientes. Por su gran adhesión en la colectividad afectada y especialmente entre los refugiados y activistas de la sociedad civil, la declaración del Día Anual de Conmemoración del Genocidio Rohingya ha obtenido amplio reconocimiento mediático internacional, así como de organizaciones de defensa de los derechos humanos en todo el mundo.
Acompañando la conmemoración, la FRC también distribuyó un modelo de declaración a ser adoptado por los grupos de solidaridad con la causa rohingya que contó con el apoyo de los Nobel de la Paz Amartya Sen y Desmond Tutu, estableciendo el apoyo al derecho inalienable de la minoría étnica rohingya de Myanmar a autoidentificarse como rohingya; el reconocimiento de la presencia, historia, identidad y cultura verificables de este grupo étnico previo a la colonización británica en el norte de Arakan; el reconocimiento de la persecución de décadas y del sistemático y violento desplazamiento de la población rohingya de Myanmar como genocidio y crímenes de lesa humanidad; y el apoyo a la necesidad existencial de los millones de rohingyas deportados violentamente por el gobierno de Myanmar desde 1978 a que les sea garantizado un retorno protegido a su lugar de nacimiento y a su patria ancestral en el norte de Rakhine.




Links de interés
"Rohingya Genocide Remembrance Day" Initiative
Rohingya Genocide Remembrance Day
Press Release: Remembering Rohingya Genocide on 25 August 2018
‘Genocide Day’: Thousands of Rohingya rally in Bangladesh camps
How to Truly Mark Rohingya Genocide Remembrance Day – The Diplomat
Thousands Rally to Demand Rohingya Refugee Rights on Genocide Remembrance Day
‘No More Pains!’: 5 Years After the Rohingya Genocide - Refugees International
Statement on Rohingya Genocide Remembrance Day - Progressive Voice Myanmar
UN expert demands accountability for the Rohingya and an end to ‘paralysis of indifference’ | OHCHR
August 25: Rohingya Genocide Remembrance Day
Rohingyas declare Aug 25 as ‘genocide day’
Declaration of Rohingya Genocide Remembrance Day: 25th August
U.N. chief, Security Council call on Myanmar to end violence
Report of the Independent International Fact-Finding Mission on Myanmar in English