Ronddhha revista del CIPDH UNESCO
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Un lugar sagrado, las huertas de las mujeres Shuar

Mujeres Shuar defensoras del territorio

textos y fotografías de Daniela Garzón Silva

Fotografía: “Dominga” por Daniela Garzón Silva

La nacionalidad shuar protege 900.688 hectáreas en un territorio comprendido por Ecuador y Perú.

El Aja Shuar es la huerta de las mujeres shuar y es muy importante en la organización y cosmovisión de la población. Comprende varios universos y significados, entre ellos: ceremonia, alimento, medicina y fiesta.

“No puede faltar una huerta”, nos cuenta Dominga, defensora de la naturaleza, quien desde hace 15 años resiste en contra de la minería de su territorio:

«El Aja Shuar de nuestras abuelas tenía espíritu. No solo sembramos plátano y yuca para vender. En el Aja Shuar está el espíritu de Nunkui: nuestra Diosa, la que hace milagros.»

«Al llegar a la huerta, hacemos un canto para Nunkui, la guardiana del Aja Shuar. Con este canto le pedimos permiso para entrar. El canto dice: “Permíteme la entrada, soy la siembra huerta. Vengo con sangre en mi boca, como tú, Nunkui”».

«Nuestras abuelas decían que para entrar al Aja, no podíamos llevar a gente extraña porque algo le podía pasar, “un bicho le puede chupar, una serpiente le podía morder”. Por esto, si queríamos llevar a alguien, teníamos que hacer un yamen que en Shuar significa canto».

«Para que el camote y la yuca crezcan hacemos cantos. Para que las plantas medicinales crezcan hacemos cantos. Uno diferente para cada tiempo. Para cultivar esperamos a la luna llena, porque en la tierna no crece el cultivo. Hay dos tiempos: escasez y producción».

«Las abuelas, las mamás, desde muy pequeñas llevan a las mujeres a la huerta. Les explicamos cómo trabajar el Aja, a limpiar el terreno y qué plantas no sacar. También que cuando una mujer está con luna (menstruando),  no puede tocar las plantas».

«Nuestras hijas no van a tener Aja Shuar, es más, ya no tienen. Ahora las jóvenes prefieren otros trabajos que la huerta. Las empresas mineras dan trabajos básicos y temporarios aparte de la comunidad, sobre todo a los jóvenes. También mucha gente ha invertido en maquinaria minera».

La minería llegó a la Cordillera del Cóndor en 1995, después de la Guerra del Cenepa, y se radicalizó en 2019 con el mega-proyecto “Mirador”: una mina a cielo abierto que contamina la cuenca donde nace el río Amazonas.

Dominga Antun, lideresa Shuar, es conocedora de cantos sagrados de su pueblo y de las prácticas ancestrales de la agricultura. Su propósito es preservar su cultura que vive en armonía con la naturaleza. Las mujeres shuar, dice Dominga, viven con la naturaleza, porque donde viven, en su territorio lo hacen todo, es la vida misma.

Dominga, es parte de la Organización de mujeres defensoras de la naturaleza “Saramanta Warmikuna” y de la Asociación Bomboiza del cantón Gualaquiza.

CRÉDITOS

  • Daniela Garzón Silva Periodista y narradora visual independiente, trabaja en derechos humanos, género y naturaleza. Colabora en medios internacionales y ecuatorianos. Trabaja en proyectos de documentación visual y mediación comunitaria en el Amazonas con ONGs como Acción Ecológica, Saramanta Warmikuna y Dramatic Adventure Theater. @daniga.danig
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