La celebración fue creada en 1997 y en homenaje al nacimiento del hijo de María Obaya, la primera paciente que quedó embarazada y dio a luz luego de haber recibido un trasplante en un hospital público.

Este hecho médico es tomado para simbolizar la posibilidad de dar vida tras haber recibido un trasplante, porque la donación de órganos permite salvar seres humanos o mejorar su calidad de vida y dar continuidad al ciclo vital.

Cada proceso de donación y trasplante se lleva a cabo con total transparencia, y pueden llegar a participar del mismo hasta 100 profesionales. En nuestro país, la ley 27447 habilita a cualquier persona mayor de 18 años a ser dadora, aunque no esté emparentada con el receptor.

La donación de órganos permite que muchas personas puedan tener una segunda oportunidad y seguir proyectando y desarrollando sus vidas. Donar órganos salva vidas.