La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos (UNESCO 2005) sienta las bases de una bioética indesligable de los derechos humanos a nivel global, refiriendo expresamente al marco internacional de los derechos fundamentales y presentándose como una bioética de protección. Desde protocolos de investigación hasta triages para determinar quién ocupará la última cama de una terapia intensiva, la pandemia Covid-19 dejó en claro el Imprescindible rol de la Bioética y su relación con los Derechos Humanos.