Desafíos compartidos entre América Latina, el Caribe y África
Desafíos compartidos entre América Latina, el Caribe y África

Desafíos compartidos entre América Latina, el Caribe y África

África, América Latina y el Caribe comparten similitudes en términos de disponibilidad de tierras, amplia participación de agricultores familiares y la convicción de que la agricultura es una vía preponderante para el desarrollo sostenible. Esta realidad, sustentan los lazos de hermandad entre estas regiones.

Las economías de las comunidades campesinas y rurales son las partes compartidas que, en la actualidad, presentan los mismos desafíos de desarrollo, compromiso y sustentabilidad. En este sentido, durante las últimas décadas en ambos lados del mundo, se han desplegado un amplio panorama de políticas públicas, programas de ayuda, capacitación productiva e incentivos de cooperación e intercambios de saberes y conocimientos que reflejan, a pesar de las distancias, que ambas regiones comparten intereses en común.

Los antecedentes históricos de estos lazos Sur-Sur, simbolizan este acercamiento a la cultura de los miles de africanos que, durante la colonia, cruzaron el Atlántico y fundaron los lazos culturales que se extienden por toda América Latina y el Caribe. Cuba fue el primer país en establecer relaciones diplomáticas con el continente en 1962. Más tarde se sumaron Brasil y Venezuela, y más recientemente México, Argentina, Colombia y Ecuador. Desde 2006, con la organización de la Primera Cumbre América del Sur- África (ASA) en 2006, en Abuja (Nigeria), se han dado pasos significativos en el fortalecimiento de los vínculos entre estos dos actores a nivel político, comercial y tecnológico.

Tanto África como América Latina poseen una gran riqueza en recursos naturales y el comercio de productos básicos desempeña un papel importante en sus relaciones bilaterales, pero también, y no menos importante, existe una conexión con África a partir del intercambio y el conocimiento de los pueblos.

Es preciso destacar que, la región de África Subsahariana, es la que mayor conexión posee con los pueblos de América Latina. Una macro región con diferentes matices y una conexión estrecha con América Latina. La mayor cantidad de esclavos durante los años oscuros de las colonias, provienen de estos países. Los descendientes de los 15 millones de esclavizados que sobrevivieron en América hoy constituyen la diáspora africana de las Américas, que suma aproximadamente 200 millones de personas.

Hoy, existe una realidad totalmente diferente que hermana a los pueblos con libertad, inclusión y parte fundamental de cada nación de América Latina y el Caribe. Los afrodescendientes, son comunidades que se extienden en toda la región de nuestro continente y forma parte fundamental de nuestro legado ancestral, cultural y artístico.

Muchos especialistas señalan que la cooperación entre África y América del Sur debería estar mediada por los intereses de la ideología panafricana, es decir la unidad de los pueblos. El carácter de unidad es, en definitiva, el que fortalece los lazos de hermandad y ayuda al intercambio mutuo para que ambas regiones y junto al desarrollo de sus economías, amplíen la defensa y conquista de todos los derechos fundamentales, se elimine las ideas patriarcales que aún subsisten en ambas regiones, y ayuda a abordar los desafíos compartidos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En el actual mundo globalizado, resulta necesario que la cooperación entre África y América Latina plantee un contexto geopolítico e ideológico que acerque a los pueblos a sus necesidades, sus solidaridades, sus luchas y proyectos para la paz, la inclusión, la igualdad de oportunidades, la erradicación de las violencias por cuestiones de género, la erradicación de la discriminación y los discursos de odio, y el desarrollo productivo y tecnológico conjuntos.

Los desafíos compartidos frente a la pobreza, al acceso al agua potable y a la tierra, a condiciones dignas de vida, a un sistema integral de salud que posibilite estar presente ante las enfermedades y las epidemias, la aceptación de poder de la mujer como lideresas de sus comunidades y en la toma de decisiones, la igualdad educativa y de acceso, son algunas de las metas que hermanan a estas dos regiones.

Es por ello, que el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, bajo auspicio de UNESCO (CIPDH-UNESCO), alienta a los países de ambas regiones a profundizar estos lazos de unión para poder alcanzar cada uno de estos desafíos que son urgentes. Durante todo 2023, nuestro organismo ha incorporado las problemáticas presentes tanto de América Latina y el Caribe como las de África en cada uno de sus proyectos principales, con el objetivo de hacer visible y a nivel internacional, que muchos son las realidades de estas dos regiones que las unen que las que las distancian. Realidades con desafíos en común y que solo unidas y trabajando conjuntamente van a poder sobrellevar y solucionar.

Fuentes
ONU – CEPAL – UNESCO

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