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con graves violaciones a los derechos humanos

Monumento a los Judíos Asesinados en Europa

Monumento
Monumento
Museo
Tema: Genocidio y/o crímenes masivos

Dirección

Cora-Berliner-Str. 1

País

Alemania

Ciudad

Berlín

Continente

Europa

Tema: Genocidio y/o crímenes masivos

Objeto de memoria

Recordar a las aproximadamente 6.000.000 de víctimas judías de la Shoá.


Nombre conocido

Monumento a los Judíos Asesinados en Europa

Fecha de creación / identificación / declaración

2005

Acceso al público

Libre


Descripción del lugar

El Monumento en Memoria de los Judíos Asesinados de Europa (en alemán, Denkmal für die ermordeten Juden Europas) también conocido como Holocaust-Mahnmal o Monumento del Holocausto, situado en Berlín, es una obra abstracta que muestra un paisaje urbano formado por 2.711 estelas grises de hormigón ligeramente inclinadas, cuya altura oscila entre 0,5 m y 4,5 m y cuya disposición en un terreno de 19.073 m2 abre múltiples caminos paralelos sobre una superficie ondulada. 41 árboles bordean el campo de las estelas.

Debajo del campo de estelas se encuentra una exposición conmemorativa subterránea de 930 m2 destinada a contextualizar la representación visual llamada Punto de Información (Ort der Information en alemán) que documenta la persecución y el exterminio de los judíos de Europa y los sitios históricos donde ocurrieron los crímenes. Consta de cuatro salas de exposiciones, dos salas de conferencias y una librería, espacios que cuentan con elementos que permiten la accesibilidad de personas con discapacidad motriz, visual, auditiva y/o cognitiva. Allí se organizan actividades, conferencias y talleres destinados a estudiantes de distintas edades y para el público en general.

Entre los años 1933 y 1945 el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) y su líder Adolf Hitler estuvieron en el poder en Alemania creando un sistema totalitario. Durante los primeros meses de su gobierno se aprobaron cientos de leyes contrarias a los judíos alemanes ya que entendían que la población judía “ensuciaba” la raza aria y podía llegar incluso a destruir su cultura. Consecuentemente, miles de personas comenzaron a emigrar. En 1935 las Leyes de Nüremberg determinaron que, a pesar de haber nacido en Alemania, las personas de origen judío perdieran la ciudadanía.

Entre los años 1935 y 1938, la situación de la comunidad judía que vivía en Alemania empeoró, al igual que la tensión internacional entre el gobierno nazi y las demás potencias europeas. A través de la propaganda se intensificó la imagen peyorativa del pueblo judío. Durante “la Noche de los Cristales Rotos”, del 9 al 10 de Noviembre de 1938,  se produjeron miles de ataques a tiendas, casas, cementerios, sinagogas y personas judías.

El 1 de septiembre de 1939, el ejército nazi invadió Polonia y comenzó la Segunda Guerra Mundial. En los meses siguientes Alemania conquistó gran parte de la Europa Continental, donde la presencia de población judía era muy numerosa. La administración nazi decidió recluirla en guetos, distritos cerrados por muros y alambradas dentro de las ciudades en los cuales muchas personas perecieron debido al aislamiento, el hambre y la propagación de enfermedades endémicas.

La “solución final”, eufemismo que se utilizó para nombrar la matanza indiscriminada y sistemática de millones de judíos y judías, fue aprobada en enero de 1942. A partir de ese año se establecieron ocho campos de exterminio diseñados para asesinar personas de forma rápida y eficaz, aprovechándose de avanzados medios tecnológicos para acelerar la matanza. Así, millones de personas judías de Alemania, Polonia y otros países ocupados por el ejército nazi fueron enviadas a campos de concentración y exterminio, usadas como fuerza de trabajo esclava y llevadas a cámaras de gas donde fueron asesinadas y quemadas en hornos crematorios.

La palabra Holocausto viene del griego y significa “totalmente quemado” y está relacionada con sacrificios que se realizaban antiguamente en los templos, mientras que Shoá viene del hebreo y quiere decir “catástrofe”. Ambos términos se emplean para hacer referencia a estos hechos cuya singularidad exige el uso de unos conceptos específicos. 

La persecución y el asesinato de más de seis millones de personas judías por parte del gobierno nacionalsocialista alemán de Adolf Hitler formó parte de un exterminio aún más amplio que afectó también a personas de etnia gitana y eslava, disidentes políticos, prisioneros soviéticos, homosexuales y personas con discapacidad tanto física como mental.

Luego de la Segunda Guerra Mundial Alemania se dividió entre la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal Alemana (RFA), separadas por el muro de Berlín construido a esos efectos. Consecuentemente, la conmemoración del Holocausto también se fragmentó.

La RDA se centró, durante buena parte de la época soviética, en conmemorar el “victimismo alemán” y la “persecución fascista” hacia los comunistas, enmarcando su narrativa histórica como un conflicto ideológico y de clase entre nacionalsocialistas y quienes se oponían al Régimen.  

Hasta finales de los años 1970, y luego de más de tres décadas de silencio, la RFA expuso públicamente los crímenes nazis sin comprometer la responsabilidad de la sociedad alemana. Los años 80 inauguraron un período de asunción de responsabilidad colectiva por los crímenes cometidos contra la población judía en el que fue fundamental el aporte de la literatura, el teatro, el cine, los gestos de los cancilleres Willy Brandt y Helmut Schmidt y el éxito de la miniserie estadounidense Holocaust, que recoge decenas de testimonios de víctimas y victimarios del Holocausto.

En 1988 el grupo Perspektive Berlin comenzó una campaña para la construcción de un monumento que homenajeara a las 6.000.000 de víctimas de los crímenes del nazismo de origen judío La iniciativa que tuvo acogida en el Parlamento alemán, que aprobó tanto su construcción como su financiamiento. A tal fin se realizaron dos concursos para elegir el diseño, que debía complementar los monumentos existentes en lugares históricos de crímenes nazis y dirigirse a la receptividad contemplativa y emocional de sus visitantes.

Durante el proceso de reunificación, la discusión sobre el Holocausto y la responsabilidad alemana se convirtió en un tema prominente en la política nacional y los consumos culturales.

El 25 de junio de 1999, el Parlamento Federal alemán decidió construir el monumento diseñado por Peter Eisenman. Según el texto del proyecto, las estelas están diseñadas para producir una atmósfera incómoda y confusa, y toda la escultura tiene como objetivo representar un sistema supuestamente ordenado que ha perdido el contacto con la razón humana.

La construcción del monumento fue dirigida por la Fundación en Memoria de los Judíos Asesinados de Europa, se inició en abril de 2003 y fue terminado en diciembre de 2004. Fue inaugurado el 10 de mayo de 2005 y se abrió al público dos días después. La Fundación también supervisa el Monumento a los Homosexuales Perseguidos en el Nacionalsocialismo, el Monumento a los Sinti y Romaníes de Europa Asesinados en el Nacionalsocialismo, y el Lugar de Recuerdo e Información para las Víctimas de los Asesinatos de la “Eutanasia” Nazi, todos ellos ubicados en Berlín.

Desde su propuesta hasta el día de hoy el monumento ha sido objeto de numerosos debates que abordan su pertinencia, ubicación, dedicación, nombre, interpretación y el uso que la sociedad le confiere. Esas discusiones contribuyen al mandato moral de recordar el Holocausto judío.