La Educación es un derecho fundamental, un bien público y una responsabilidad colectiva para todas las personas. El acceso a ella, representa la principal herramienta para que una sociedad se desarrolle en constante crecimiento y en igualdad de oportunidades.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como Día internacional de la Educación bajo la Resolución (A/RES/73/25), con el objetivo de celebrar el papel de la educación para la paz y el desarrollo. El derecho a la Educación está consagrado en el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y exige que los Estados adopten a una educación primaria gratuita y obligatoria. La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989, va más allá al estipular que los países deberán hacer que la educación superior sea accesible para todas las personas.

Según la UNESCO, 258 millones de niños y jóvenes en el mundo aún no asisten a la escuela y 617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni hacer matemáticas básicas. Las más perjudicadas son las niñas de los países más pobres del mundo. Se estima que menos del 40% de las niñas en África subsahariana completan la escuela secundaria inferior. Por otro lado, los desplazamientos forzados por guerras o conflictos armados hacen que unos cuatro millones de niños y jóvenes refugiados no asisten a la escuela.

La educación ofrece un camino para alcanzar un futuro prometedor. Es por eso que las sociedades deben ahondar esfuerzos para que este derecho fundamental esté garantizado. Año tras año, UNESCO y las Naciones Unidas proporcionan programas de alfabetización que posibilitan aprender a leer y a escribir, con la intención de continuar ese camino.