África, Racismo y Derechos Humanos
África, Racismo y Derechos Humanos

África, Racismo y Derechos Humanos

Los derechos humanos son derechos inherentes a todas las personas sin distinción alguna. Es decir que no importa el origen étnico, el color de nuestra piel, la religión que profesemos, el idioma que hablemos, la nacionalidad a la cual pertenezcamos, el lugar o la región de residencia en que vivamos o ninguna otra condición. Pero en realidad aún existen mezquinas estructuras sociales, tradiciones ancestrales y políticas contrarias que conllevan a que no haya una equidad igualitaria a la hora de poder disfrutar nuestros derechos.

El racismo es, por ejemplo, un disidente contrapuesto a cualquier punto de vista que contemple la igualdad y el pleno ejercicio de nuestros derechos como artífice prioritario de nuestra vida y de nuestra condición humana. Se entiende por racismo al odio, rechazo o exclusión de una persona por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, que le impide el goce de sus derechos humanos. Es originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra y por ende repudiable en todo sus sentidos.

Una condición que por siglos ha llevado a que el racismo se haya expandido con ferocidad en todo el continente africano es sin dudad por el color de la piel. Esto fue por muchos años la condición irrefutable en que los “blancos colonos” se basaron para someter, esclavizar, torturar y explotar sin ningún apego de compasión a los y las africanas. Un dato histórico confirma que la Gran Trata Atlántica que por más de tres siglos transportó a las Américas alrededor de unos 50 millones de africanos esclavizados. Por generaciones las poblaciones de África han tenido que soportar los más aberrantes sometimientos y humillaciones sin que nadie los ayude o los defienda.

A 21 años de la Declaración y Programa de Acción de Durban (DPAD), aprobados en la Conferencia Mundial contra el Racismo celebrada en Durban, Sudáfrica, en 2001, aún hoy existen vestigios de índole racista que debemos erradicar y detener. La DPAD es el plan de acción de las Naciones Unidas que propone medidas concretas para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, en todo el mundo, y aunque la Declaración y el Programa de Acción de Durban es un compromiso político que no es jurídicamente vinculante, encarna el firme compromiso de la comunidad internacional y tiene un gran valor moral, ya que sirve de base para las actividades de promoción en todo el mundo.

Pero en particular la DPAD propone acciones concretas para los africanos, las africanas y para los/las afrodescendientes, como ser:

  • Insta a los Estados a que faciliten la participación de los afrodescendientes en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad.
  • Que los Estados hagan lo necesario para que en los programas de estudios se incluya la enseñanza cabal y exacta de la historia y la contribución de los africanos y los afrodescendientes.
  • Hace un llamamiento a los Estados para que adopten medidas concretas que garanticen el acceso pleno y efectivo de todas las personas, en particular los afrodescendientes, al sistema judicial.
  • Insta a los Estados a que resuelvan los problemas de la propiedad respecto de las tierras habitadas desde épocas ancestrales por afrodescendientes.
  • Insta a los Estados a que reconozcan los problemas particularmente graves del prejuicio y la intolerancia religiosos con que tropiezan muchos afrodescendientes y a que apliquen políticas y medidas encaminadas a prevenir y eliminar toda discriminación basada en la religión y las creencias.
  • Insta a las instituciones financieras y de desarrollo y a los programas operacionales y organismos especializados de las Naciones Unidas a dar especial prioridad y asignar suficientes recursos financieros a la mejora de la situación de los africanos y los afrodescendientes.
  • Propone a los Estados a elaborar programas destinados a los afrodescendientes por los que se inviertan recursos adicionales en sistemas de salud, educación, vivienda, electricidad, agua potable y medidas de control del medio ambiente.

Ningún país puede afirmar que está libre del racismo y por consiguiente es una preocupación mundial y la lucha para acabar con el racismo requiere un esfuerzo universal.

El Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO, trabaja cotidianamente con el objetivo puesto en acercar derechos a la mayor cantidad de personas y minorías que muchas veces siguen dentro de las sociedades contemporáneas excluidas y discriminadas. El CIPDH cuenta con un número importante de proyectos y acciones que engloban las problemáticas más preocupantes de nuestros días, invitamos que los conozcan.

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