ÁFRICA. Libertad de prensa en estado de alerta.
Cuando un derecho es considerado como una amenaza significa que no se ha entendido con claridad su concepto y la apertura de libertad que éste genera en una sociedad. No hay derechos por encima de otros derechos, todos ocupan su lugar en igualdad de condiciones e importancia. Pero existe un derecho que muchas veces puede ser usado como espada de doble filo, este es la Libertad de Prensa.
Cada 3 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Libertad de Prensa, no solo para celebrar su fundamental injerencia basada en la verdad y la ética profesional, sino también para visualizar los conflictos y oposiciones que este derecho genera y que muchas veces los profesionales de este ejercicio padecen al ser perseguidos o censurados, y en el peor de los casos torturados o asesinados.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en cumplimiento de una recomendación aprobada en la 26ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO (1991). Que se estableciera como tal fue en respuesta a un llamamiento de periodistas africanos que en 1991 elaboraron la histórica Declaración de Windhoek, en Namibia (África), en la cual se peticionaba el “Fomento de una Prensa Africana Independiente y Pluralista”. Esta declaración marcó las bases y propuso que el concepto de prensa independiente sea entendido con autónoma y totalmente desprovisto de cualquier tipo de control político, de los poderes públicos o los intereses económicos. Si bien fue desde África donde surge esta importante conceptualización de libertad, hoy en día paradójicamente es en este continente donde se producen las persecuciones más aberrantes hacia los periodistas y comunicadores que, en el derecho de ejercer su profesión, son silenciados. Una realidad que preocupa.
En Somalia, el año pasado, más de media decena de periodistas fueron asesinados. Según el Sindicato de Periodistas Somalíes (NUSOJ en sus siglas en inglés), se asegura que el asedio cotidiano a medios de comunicación crece a ritmos alarmantes y en lo que va de este año más de 30 reporteros fueron arrestados y torturados, y más de 100 intimidados o agredidos. Otros ejemplos de violaciones a este derecho se dan en Tanzania, Sudán del Sur, Burkina Faso, Senegal, Eritrea, Yibuti y la República Centroafricana, en donde es habitual el cierre definitivo de medios de comunicación que disientas con las políticas de los gobiernos de turno. Un dato revelador sostiene que estos países son los que se encuentran en los últimos puestos de la tabla (en alerta roja) y son los que más atentan contra la libertad de prensa, según la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF).
Por otro lado, un hecho que se suma con preocupación en todo el continente, y que en realidad se está dando en todo el mundo, es el perturbador asedio, manipulación o intervención ilegal a las publicaciones e investigaciones periodísticas de los canales de comunicación digitales y en las redes sociales. Es por esto que desde la UNESCO se tomó la decisión que el lema de conmemoración por el Día Internacional de la Libertad de Prensa en este año 2022 sea “Periodismo bajo asedio digital” como manera de poner en manifiesto que también debemos estar en alerta frente a estas persecuciones digitales. Sobre este tema, la directora general de UNESCO, Audrey Azoulay, expresó:
“Todos debemos poner más de nuestra parte para afrontar los riesgos y aprovechar las oportunidades que surgen en la era digital. En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, invito a los Estados Miembros, las empresas tecnológicas y la comunidad de los medios de comunicación, así como al resto de la sociedad civil, a unirse para crear una nueva configuración digital que proteja tanto al periodismo como a los periodistas”.
Como representantes y defensores de Derechos Humanos, el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO contempla la necesidad de adelantarse a los hechos y denunciar esta preocupante situación que no solo África sufre sino también es sabido que en países de América Latina también se da, y a nivel de intervención digital ilegal abarca a todos los países del mundo. La libertad de prensa es de gran importancia para todas las personas que integran la sociedad y que aspiran a vivir con la pluralidad que garantizan los derechos humanos. Respetemos, hagamos respetar y defendamos este derecho.
Fuentes: ONU | UNESCO | RSF
Discapacidad y Educación. Dos temas distantes en África.
La educación es considerada uno de los derechos de todas las personas. Es un derecho básico e imprescindible para el avance de las sociedades. Es así que Naciones Unidas la ubica entre los primeros puestos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) a nivel mundial y contempla que sea de calidad. Pero las distintas realidades que afrontan los países africanos hacen que muchas veces este objetivo no se alcance en su totalidad y a la hora de vincular la educación con la discapacidad se proyecte una brecha muy difícil de relacionar.
Un dato revelado por UNESCO afirma que el 90% de los niños y niñas con discapacidad en todo el mundo no asisten a la escuela y más de mitad de los niños y niñas con discapacidad en toda África no contemplan la posibilidad de ser escolarizados. Por un lado la principal causa es por los estigmas y tradiciones de creencias que están tan arraigadas dentro de las sociedades africanas a lo largo de todo el continente. Pero por otro lado es sabido que muchas de las discapacidades que sufren los niños y niñas de ésta región del planeta se podrían evitar.
En África, la discapacidad está causada principalmente por enfermedades que se pueden prevenir. La mala nutrición, el hambre, la pobreza y la falta de atención de salud prenatal también contribuyen a la discapacidad entre los recién nacidos. Otras causas de discapacidad, y principalmente en las niñas africanas, son prácticas tradicionales como la mutilación genital femenina que, en la mayoría de las veces, producen consecuencia graves y un estigma que llevarán de por vida. El mismo informe señala que la violencia contra los niños con discapacidad ocurre a tasas anuales por lo menos 1.7 veces mayores que en el caso de sus pares no discapacitados.
A su vez, los conflictos armados y sus secuelas derivan en lesiones tanto físicas como psicológicas en niños y niñas que muchas veces resultan irremediables. Por cada niño que muere en zonas de guerra, tres resultan heridos y con discapacidad permanentemente según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y son estos niños y niñas los más marginados de la sociedad y sus derechos cotidianamente vulnerados. Son excluidos de la educación de forma masiva y ven impedidos sus derechos a diario y el acceso a los servicios de protección básicos, de los que sí disfrutan otros niños, es muy reducido. Sumado a todo esto, se consideran ausentes como destinatarios de políticas públicas de inclusión e igualdad.
La gran tasa de analfabetismo en continente africano dificulta que exista un desarrollo sostenido en el tiempo y que sumado a la discapacidad proporcionan los mecanismos de sometimiento, sumisión, explotación, abusos y esclavitud aún más potenciados.
Por estas razones es que es prioritario para el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO, impulsar el cumplimiento y adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) tanto en el sistema regional africano de derechos humanos como en sistemas jurídicos nacionales selectos de cada país del continente, y que la vinculación sostenida entre educación y discapacidad no sea solo un deseo sino una realidad. Porque la discapacidad no es ningún sinónimo de exclusión, al contrario prioriza el desarrollo a la inclusión y a la igualdad de oportunidades y acerca a la razón de que todas las personas somos iguales y nos merecemos disfrutar de todos nuestros derechos.
Fuentes: ONU | PNUD | OMS
Derechos de los Pueblo Originarios en África. Una deuda pendiente
Hasta el arribo de los conquistadores europeos que sometieron bajo su yugo a los pueblos africanos estableciendo colonias, las numerosas etnias y tribus de los pueblos originarios de África coexistían en todo el continente en el marco de la limitación de sus territorios establecidos por status quo y conquistas que a lo largo de los siglos cada una había conseguido. Cada comunidad se consideraba como pueblos libres y con sus propias normas sociales, costumbres, dialectos, lenguas y creencias.
La colonización en África, marcada por la dominación y anexión de territorios, tuvo como resultado el desmembramiento del continente en 53 Estados multi-étnicos, sin ninguna justificación de tipo social, excepto la de resolver las disputas territoriales entre los colonizadores. Es por ello que en tiempos de la post-colonización África se vio llena de debilidades que se han manifestado, hasta los días de hoy, en serios conflictos étnicos, desigualdades sociales y pobreza. Sumado a esto vale remarcar la desbastadora acción colonial que se apoderó de las riquezas del continente, sometieron a esclavitud a sus pobladores y con su visión etnocentrista trataron de suprimir todas las costumbres y creencias que no comulgaran con occidente. Fruto de estas acciones y terminado el tiempo de las colonias muchos africanos vieron la oportunidad de conquistar el poder político de los nuevos Estados sometiendo a sus ciudadanos negando todo origen étnico, o algo mucho peor, considerar su origen de pertenencia superior a otros, provocando sometimiento y supresión.
Es por todo esto que hoy es muy confuso establecer normas claras en torno a los Derechos de los pueblos originarios de África. Los derechos indígenas se basan en la noción general de la universalidad de derechos dentro de un contexto multicultural, tal como fue establecido en la Declaración de Viena de 1993, la cual reafirma la dignidad y contribución de los pueblos indígenas al desarrollo y al pluralismo social exhortando su total inclusión a la dependencia de los Estados.
En 2001 la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (ACHRP) estableció un grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas en África, lo que marcó un hito en la promoción y protección de los derechos de los pueblos indígenas en este continente. Y luego en 2006 el Grupo Africano de la ONU redactó un Borrador de Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas al cual algunos de los países se opusieron, entre ellos Namibia y Botswana, lo que provocó que se pospusiera dicha declaración. Al año siguiente cuando la asamblea de jefes de Estado de la Unión Africana se reunió en la ciudad de Addis Abeba en Etiopia, los gobernantes justificaron la posición del grupo africano sobre la base de que los derechos indígenas, tal como se establecían en la declaración, afectarían la integridad territorial y afectaría a los actuales límites establecidos entre naciones. Recién en 2019 fue que los derechos de los pueblos indígenas figuraron en el programa de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos durante su 64º periodo ordinario de sesiones, celebrado en Egipto, y su 65º periodo ordinario de sesiones, celebrado en el mimo año en Gambia.
Hoy en día, en muchos países del continente africano, todavía los derechos indígenas no son reconocidos como tales y por consiguiente aquellos grupos étnicos que sin encontrar un Estado que los respalden se ven obligados a ser marginados y a vivir en condiciones de vulnerabilidad extrema. Al contrario de los que pasa en América Latina donde existes en muchos de los países de la región leyes de protección y organismos estatales que contribuyen con políticas públicas a su protección, en África la mayoría de los pueblos originarios se encuentran en condiciones de exclusión y de olvido.
Sin bien desde los organismos consolidados a nivel internacional en la defensa de los Derechos Humanos, entre los que se encuentra el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO trabajamos en pos de sentar las bases para una solución de compromiso y respeto hacia estos pueblos, son los Estados africanos los que deben contemplar seriamente la necesidad de dar respuesta a esta cuestión que por años se viene postergando. Por último y como esperanza de cambios vale destacar que países como Sudáfrica y Camerún han tomado la audaz iniciativa de iniciar el proceso de ratificación del Convenio 169 de la OIT, que establece un importante régimen de derechos para los indígenas, incluyendo el derecho al consentimiento previo e informado en relación a los procesos de desarrollo en sus territorios.
Fuentes: ONU | ONU ÁFRICA | OIT
Contra la Esclavitud Infantil en África
Niños y niñas siguen siendo víctimas de las peores formas de esclavitud infantil en muchos países del África, de las cuales las más preocupantes son la trata, su reclutamiento en conflictos armados, la minería en pequeña escala, el trabajo peligroso en la agricultura, la explotación sexual comercial, el trabajo doméstico y los matrimonios forzados. Se sabe que en algunas zonas, además, sigue habiendo niños y niñas atrapados en situaciones de servidumbre por deudas y de esclavitud. Los países en los que más se da esta situación son aquellos con mayor índice de pobreza y de bajo nivel de desarrollo, entre los cuales se encuentran: Eritrea, Somalia, República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán, Togo, Togo, Benin, Gabón y Zimbaue.
Se podría pensar que el drama de la esclavitud infantil es algo del pasado, pero no. La esclavitud infantil es una realidad y aún más en nuestros días. Estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) reflejan que más de 160 millones de niños y niñas realizan trabajos forzados o tareas inadecuadas para su edad y esto representa un desarrollo poco probable en términos de educación, salud, dignidad de vida y proyección hacia el futuro.
En relación con la trata, la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) calcula que, por cada víctima identificada como tal, existen 20 sin identificar y que 3 de cada 10 de esas víctimas son menores.
A esto se suma que en países como Angola, Burundi, Guinea-Bissau, Liberia y Ruanda según UNICEF existen aproximadamente unos 300 mil menores entre niños y niñas soldados que son reclutados por los constantes conflictos internos y usados en primera línea de batalla, sin importar su edad ni sus derechos.
En el caso de Ghana, Costa de Marfil y Somalia los padres muchas veces no tienen otra opción que suspender la escolaridad de sus hijos e hijas para que trabajen durante interminables jornadas junto a toda la familia en las plantaciones para apaliar la difícil situación de crisis alimentaria que subsiste en estas regiones del continente.
Se puede detallar que las principales causas por las que todavía hoy en 2022 persista tan fuerte la sostenida y creciente esclavitud infantil en todo el continente es debido a:
• La pobreza. Y en muchos casos de niveles extremos.
• La discrimacion por sexo, género o etnia. A su vez la discriminación hacia la infancia y la escasa defensa por parte de los Estados a garantizar todos los derechos humanos que establecen los tratados internacionales, principalmente los de la niñez.
• La falta de políticas sociales y de desarrollo entre las cuales se incluyen la educación, la salud, la sostenibilidad económica, la dignidad humana como sostenimiento moral de la sociedad, entre otras.
Frente a esta realidad persiste desde occidente y desde la comunidad internacional, un dejo de olvido al pensar que África no tiene arreglo y que no es necesario seguir trabajando en la lucha contra estos vejámenes que la aquejan. Al contrario de esta postura, cada institución que contempla a los derechos humanos como parte fundamental de la vida de las personas no dejamos de apoyar a este continente y a cada uno de sus habitantes para cambiar esta realidad y que éste cambio perdure en el tiempo.
Es por todo esto es que desde el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO nos comprometemos fuertemente con todas las preocupaciones que África enfrenta cotidianamente, articulando nuestro trabajo de defensa de todos los derechos con nuestro rol de hacer visible estas problemáticas, así como también buscar las mejores soluciones para garantizar la dignidad, la vida, la infancia en sus condiciones de desarrollo pleno sosteniendo el cumplimiento de cada uno de tratados internacionales basados en el cumplimiento genuino de derechos.
Fuentes: ONU | UNICEF | OIT
A 28 años del mayor genocidio en África. El Genocidio de Ruanda de 1994
La ONU, como cada año, establece un calendario anual para conmemorar y celebrar días especiales en virtud de algún importante acontecimiento y para preponderar la importancia de los derechos humanos como referentes de conducta y reflexión a nuestro diario vivir. El 7 de Abril es el Día Mundial de la Salud, pero también establece en su agenda que este día, aunque poco conocido, también se conmemore el Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 contra Tutsis en Ruanda.
Las fuentes históricas señalan que existen diferentes castas y etnias que integran la población en algunos países del continente africano. Es el caso de Ruanda, en donde hay una diferenciación de castas entre los Tutsis y los hutus. Su única diferencia ancestral es su oficio: si eran agricultores eran hutus y si eran ganaderos eran tutsis. Los enfrentamientos constantes profundizaron la grieta e impulsaron el odio entre ambas. Los agricultores hutus tenían menos recursos que los ganaderos tutsis, con lo que la diferencia se convirtió enseguida en un asunto de castas.
Fue así que entre abril y julio de 1994, los hutus cometieron el mayor genocidio en el mundo registrado, según Naciones Unidas. Alrededor de un millón de personas fueron asesinadas en el genocidio de Ruanda, donde la mayoría de las víctimas fueron tutsis, aunque también fueron exterminados hutus, la etnia a la que pertenecían los autores de la matanza, también soldados del Ejército y miembros de la milicia extremista Interahamwe, así como también el presidente de Ruanda de ese momento Juvenal Habyarimana, la primer ministra Agathe Uwilingiyimana y decenas de soldados belgas de las fuerzas de la ONU. Ruanda, con ocho millones de habitantes, se convirtió en una inmensa fosa común ante la práctica pasividad de la comunidad internacional. Las matanzas continuaron hasta principios de julio, cuando más de un millón y medio de ruandeses, sobre todo hutus, huyeron a Zaire (actual República Democrática del Congo), Tanzania y Burundi.
El genocidio es sin duda, el acto más aberrante con relación a la violación a los Derechos Humanos, no dejando margen de comparación. Por eso los organismos involucrados trabajamos a favor de la defensa de los derechos humanos, considerando prioritario velar por la paz y la seguridad de cada territorio, poniendo la vista en la democracia como único camino para el empoderamiento de cada uno de los derechos de las personas.
En esta nueva conmemoración, la ONU señala: “El año 2022 marca el 28° aniversario del genocidio contra los tutsi en Rwanda: uno de los capítulos más trágicos de la historia de la humanidad. Más de un millón de personas fueron asesinadas sistemáticamente en menos de tres meses. En su inmensa mayoría fueron tutsis, pero también fueron asesinados hutus, twas y otras personas que se oponían al genocidio. En este Día, honramos a quienes fueron asesinados y reflexionamos sobre el sufrimiento de quienes sobrevivieron”.
El Centro internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO acompaña esta propuesta al marcar esta fecha en la memoria y no olvidar a las víctimas de este atroz genocidio, dejando bien en claro que nuestro única misión es llevar a los derechos humanos como estandarte y oponernos a todo tipo de violencia, opresión, esclavitud o atentado que altere el libre goce de los derechos que pertenecen a cada una de las personas.
Fuente: ONU
África soporta el mayor impacto por el Cambio Climático
El pasado 26 de Marzo se celebró en el todo el mundo, como todos los años, el Día Mundial del Clima. Su objetivo principal es generar conciencia sobre la importancia del cuidado al medio ambiente y prestar mayor atención a la influencia que éste ejerce en la vida cotidiana. Desde las Organizaciones de Derechos humanos y de las instituciones activistas se ha venido trabajando en distintas y diferentes campañas para que, de una vez por todas, tomemos el tema con la seriedad que merece. Por otro lado, los acuerdos internacionales contribuyen a regular la emisión de gases de efecto invernadero y en la preservación sustentable de la capa de ozono.
Desde el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO, el cuidado del medio ambiente es uno de los ejes principales en el cual trabajamos todos los días y defendemos con el acompañamiento de cada política pública a favor de la naturaleza, el clima y su vinculación con las personas.
Es un hecho que una de las mayores preocupaciones de nuestro presente siglo se basa en determinar y frenar los procesos que influyen cada año en el aumento de las temperaturas globales, en el aumento del volumen de los océanos y en la deforestación por interese mezquinos que sucede en todas las regiones del mundo.
El caso de África es muy especial en este punto, pero para peor. La climatología del continente es otra de las razones que provoca la pobreza extrema. Este continente posee nueve desiertos, grandes zonas con desertificación y fuertes sequías que pueden durar por años, sumado a la falta de corrientes de agua dulce y potable. Un ejemplo de sus consecuencias es el caso de Somalia que en los últimos años atravesó las peores sequías de los últimos 60 años arrasando cultivos y pastos, y provocando a su vez la muerte del ganado. El hambre y la desnutrición son las peores consecuencias que enfrenta África y esto empeora cada día a raíz del cambio climático. Muchas veces los derechos que todos disfrutamos en la mayor parte del mundo se ven aplazados en este continente por el clima, impulsando a los hombres a abandonar a sus familias en busca de mayores oportunidades para mitigar el hambre y por la falta zonas de cultivos. Los masivos desplazamientos de personas entre países de la región, son otras de las más graves consecuencias por los cambios en el clima, postergando su identidad de pertenencia, etnia y costumbres. A este fenómeno se lo denomina “refugiados climáticos” o “emigrantes ambientales”.
De acuerdo con el informe “Cambio climático y medioambiente” emitido por Naciones Unidas el 26 de febrero de 2021 se detalla que, “se necesita una reducción del 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 para evitar un calentamiento catastrófico”. A lo que el Secretario General del Organismo (ONU), António Guterres, aseguró: “Este año es decisivo para enfrentar la emergencia climática global”.
Es el deber de todas las personas concientizarnos y hacer concientizar de los estragos que provocan el cambio climático y las alteraciones en el siclo de la vida. Ni África ni ningún otro continente se merece padecerlo. Debemos asegurar el futuro de las nuevas generación y defender el planeta en el que vivimos. El tiempo es hoy.
Fuentes: ONU | ACNUR
África: Golpes de Estado amenazan la paz. Democracias en retroceso
Los sucesivos golpes de Estado han sido una amenaza para los pueblos y un atentado contra las democracias, no solamente en Argentina, sino en toda la región de América Latina. Cada 24 de marzo se conmemora en nuestro país el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para recordar a las víctimas de la última dictadura cívico-militar, proceso que se inició el 24 de marzo de 1976 a través de un golpe de Estado que depuso al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.
Los recientes golpes “blandos” producidos o a instancia de producirse en países tales como Paraguay, Perú, Brasil y Bolivia hacen suponer que las democracias y sus instituciones están parcialmente debilitadas. Existen fuertes mecanismos de consolidación democrática cuando se concibe como un Derecho y todo gira en torno a sus fundamentos. Los Derechos Humanos se basan en la democracia como mecanismo de aceptación y alcance para todas las personas. Es decir, que si la democracia se ve afectada o debilitada, también lo estarán nuestros derechos.
África no queda exenta. A más de 60 años de la independencia de gran parte del continente y en un contexto de predominante pobreza, en los últimos 18 meses, escenas semejantes a las acontecidas en nuestra región, se observan en parte de su territorio. Líderes militares han derrocado a los gobiernos de Malí, Chad, Guinea, Sudán y Burkina Faso. En estado de alarma al ver a los países vecinos copados de insurgentes al mando del poder, el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, declaró en medios de comunicación lo siguiente: “Representa una amenaza para la paz, la seguridad y la estabilidad en África Occidental”, respaldando que el único mecanismo en la región que garantice la paz es mediante el accionar de los Organismos Internacionales de Derechos Humanos, la ayuda humanitaria y económica.
Desde la ONU se ha calificado de “endemia” a los distintos golpes de estado que han sufrido las jóvenes democracias del continente africano, no logrando dar respuestas a poblaciones muy marginadas, faltas de condiciones dignas de vida y tironeadas por Fuerzas Armadas que se presentan como “hombres fuertes que ordenan la sociedad”.
En una entrevista otorgada a un medio nacional la historiadora y especialista en temas relacionados con África, jefa de cátedra de Historia de la Universidad de Buenos Aires (UBA) especializada en África y colonialismo, Marisa Pineau, señaló: “Las causas en común de todos estos golpes tienen que ver con las no respuestas que da la democracia liberal a los africanos después de 60 años”. “Hay una cuestión que todavía está pendiente en los países africanos y es dar respuestas a las expectativas que generaron las independencias”. Vale destacar que Marisa Pineau, es a su vez activa partícipe académica de nuestro Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO, a la cual consideramos como parte nuestra y gran referente en temas que conciernen a África.
Desde Naciones Unidas, se trabaja incansablemente para fortalecer el cumplimiento y no violación de cada uno de los derechos de las personas de éstos países en donde sus democracias se han visto amenazadas. En su más reciente declaración al respecto, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos reclamó la “liberación inmediata” del presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré. A este reclamo se sumó el de la vocera de Organismo, Ravina Shamdasani, que en conferencia de prensa en Ginebra expresó: “Pedimos a los militares que liberen inmediatamente al presidente y a los otros altos cargos detenidos”.
Nuestro compromiso como CIPDH es el de no claudicar frente a las amenazas contra la paz y frente a los golpes de Estado que atentan contra las democracias, sean cuales fueran, no importando la región o el país. Sabemos que si no luchamos para fortalecer los sistemas democráticos y sus políticas de inclusión, nuestros derechos también se ven amenazados. Es nuestro deber apoyar a las minorías y a los más vulnerables que en definitiva son, en estos procesos antidemocráticos, los más afectados.
Fuentes: ONU | ACNURDH | TELAM
Derechos vulnerados en África. Una realidad que preocupa
ONU: “Si continuamos así, no alcanzaremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible que prometen poner fin a todas las formas de violencia, explotación y abuso infantil para 2030″.
La constante vulneración de derechos en el continente africano llena de preocupación y alarma a los organismos de derechos humanos. Según Naciones Unidas, entre los casos más graves encontramos abusos sexuales a mujeres y niñas en Sierra Leona, Guinea Ecuatorial, Liberia, Burkina Faso, el secuestro y amputación de personas albinas por superstición en Malawi y Mozambique, y la persecución contra el derecho sexual en Senegal, Ghana, Malawi y Nigeria. Pese a conmemorarse treinta y tres años de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) los mayores perjudicados de estas aberraciones siguen siendo los niños y niñas de toda África, debido a que todavía no se ha logrado la erradicación absoluta contra estos delitos.
Lo mismo ocurre con otros derechos fundamentales como la vivienda o el trabajo que, en muchos casos, se sigue con la explotación y el trabajo infantil, muchas veces relacionados con una fuerte presión por parte de multinacionales extranjeras.
Un reciente estudio del Foro Africano de Política Infantil (ACPF) con sede en Adís Abeba, Etiopía, arrojó los siguientes datos: un 39,4% de los niños encuestados en Ghana aseguró haber sufrido “abusos indecentes” y el 18% confesó situaciones “impuras”. Según el mismo informe, Sudáfrica es el país con una de las peores tasas del mundo con respecto a violaciones. Una de cada tres personas, tanto niño como niña, se encuentra en riesgo de sufrir abusos sexuales antes de cumplir los 17 años. Todo este panorama de violación de derechos se agravó aún más en los últimos meses por una ola de golpes de estado que se ha llevado a cabo en varios países africanos, lo que conlleva a un retroceso y estancamiento en términos de derechos adquiridos.
En relación a lo anterior, en países como Angola, Costa de Marfil o Nigeria se han iniciado legislaciones que reducen la libertad política de los ciudadanos, mientras que la libertad de prensa es un grave problema en más del 50 % de todo el continente.
Desde Naciones Unidas, y mediante ACNUR, es prioritario acabar con la explotación y el abuso sexual de las personas del continente africano, así como luchar contra el acoso sexual en el lugar de trabajo y el abuso infantil. La razón principal detrás de las acciones del Organismo, en relación con la conducta sexual indebida, es que todas esas acciones de protección y acompañamiento giren en torno a las víctimas y sobrevivientes.
En palabras, el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, expresó:
“En el ACNUR, una organización que se dedica a servir y proteger a los demás, no hay cabida para la explotación, el abuso o el acoso sexual”.
Desde el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO trabajamos incansablemente por la defensa de todos y cada uno de los derechos de las personas, principalmente de aquellas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad. Resaltamos nuestro compromiso de consolidar bases firmes para erradicar todo tipo de abuso y violación de derechos, sin dejar de lado abogar por políticas reparativas y constitutivas de identidad hacia todas las víctimas, en especial hacia las mujeres, niños y niñas. Por tal función estratégica, nos comprometemos en seguir a la par de los diferentes organismos de Derechos Humanos para que África continúe hacia adelante en la conquista y permanencia de todos los derechos universales.
Fuentes: ONU | ACNUR | ACPF
Las mujeres de África son la fuerza propulsora del continente. Realidad y contraste con Latinoamérica
ONU Mujeres propone para este año 2022, en el Día Internacional de la Mujer el lema: “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”
El rol de la mujer en la vida campesina o en las comunidades de los pueblos originarios a lo largo de Latinoamérica siempre se lo ha relacionado con la familia, el sustento y la protección, pero de sus luchas y conquistas poco se sabe. Existen lideresas y jefas de comunidades que están por encima de cualquier hombre a la hora de reclamar el acceso a sus tierras, en la defensa de oportunidades, en cuestiones referidas a la educación y la salud, en ser parte de la toma de decisiones dentro sus comunidades y en promocionar y dar a conocer sus derechos en temas de género, niñez e inclusión. En este sentido África, aunque rezagada, no quiere quedase atrás. El papel de la mujer africana es clave para el desarrollo social y económico de todo el continente y para el proceso de cambio de paradigma que emerge como un grito bajo una postura machista y de prácticas arcaicas de sometimiento, exclusión y maltrato.
El PNUD señala que si bien el 61% de las mujeres africanas trabajan, la mayoría de ellas continúan en situación de exclusión económica, con bajas remuneraciones y coberturas laborales insuficientes a lo que se suma la sobrecarga de trabajo en relación con los hombres. Por otro lado, las condiciones climáticas y la falta de planes de urbanización sustentable dificultan la vida cotidiana de las mujeres aún más. Según UNICEF se estima que en África Subsahariana las mujeres y niñas de países de bajos recursos pasan gran parte de cada día solo recogiendo y trasportando agua. El acceso al agua potable es uno de los ODS fundamentales a ser alcanzados, ya que sin agua no hay vida. La recolección del agua puede afectar la salud de toda la familia y particularmente la de los niños. Cuando el agua no está disponible en el hogar, incluso si se recoge de una fuente segura, el hecho de que tenga que ser transportada y almacenada aumenta el riesgo de que esté contaminada.
Y pese a que toda África ha demostrado un firme compromiso con la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, y a su vez casi todos los países de la región han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y más de la mitad ya han ratificado el Protocolo sobre los Derechos de la Mujer en África de la Unión Africana, aún hoy la educación y la violencia de género son otros de los temas preocupantes. En muchos países del continente se prohíbe a las niñas el derecho a la educación, lo que a futuro dificulta su desarrollo e independencia económica. Por otra parte, la violencia está presente en todas las etapas de la mujer donde se entremezclan con costumbres étnicas y tradiciones patriarcales afectando su integridad y dignidad, su salud y su desarrollo como parte de la sociedad. El compromiso de la ONU y de cada uno de los Organismos que la integran es que esto cambie lo ante posible, para lo cual se han creado diferentes programas de asistencia y promoción de los derechos de las mujeres, principalmente en lo relacionado a su integración social y en la erradicación de todo tipo de violencia de género.
En un marco de superación de estas realidades que cotidianamente viven las mujeres africanas y sumándonos al lema para este año 2022 en el Día Internacional de la Mujer que propone ONU Mujeres “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible” desde el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO respaldamos todo cambio para el beneficio, protección y acompañamiento de cada una de las mujeres africanas y de sus derechos, sosteniendo que de esto depende el futuro del continente.
Fuentes: PNUD | UNICEF | ONU MUJERES
La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (ACHPR) es el más antiguo instrumento de Derechos Humanos de África.
El desarrollo de los Derechos Humanos en el continente africano: la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y la creación del Tribunal Africano de Derechos Humanos.
Fue creada en 1981 en la ciudad de Nairobi, Kenia y entró en vigor en 1986. Considerada el primer acuerdo regional de derechos humanos que reconoce derechos de la tercera generación (que son los derechos colectivos, de la solidaridad o emergentes), también reconoce en su articulado el derecho al medio ambiente, derecho del recurso natural y al desarrollo de los pueblos.
La Carta Africana agrupa tanto los derechos civiles y políticos más relevantes como también los derechos económicos, sociales y culturales. Opta por la interdependencia e indivisibilidad de todos los derechos humanos, sin priorizar unos derechos sobre otros y presentándolos en un único documento.
Durante el proceso de elaboración, se determinó la creación de un Tribunal Africano facultado para emitir decisiones vinculantes pero la defensa por parte de los gobiernos africanos del principio de soberanía y de no injerencia en los asuntos internos, motivaron que solo se considerara a la Comisión Africana como mecanismo de salvaguarda de la Carta Africana.
En la década de los noventa y por diversos factores regionales, entre los que destacan la emergencia y la consolidación del Estado de Derecho en África, la debilidad de la Comisión y la evolución de la actitud de los Estados africanos hacia la jurisdicción internacional, entre otros, propiciaron retomar la idea de crear un Tribunal Africano que completase el sistema.
En 1994 se presentó un primer borrador ante la Organización para la Unidad Africana (OUA), adoptándose una resolución en la que por primera vez se ordenaba crear una comisión de expertos para la elaboración de un Proyecto de Estatuto de la Corte.
El Protocolo de la Carta Africana para la creación de una Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, entró en vigor en enero de 2004 y fue ratificado en 2016 por dieciséis Estados. Su sede permanente se estableció en Arusha, Tanzania en 2007 y la integran 11 jueces de países miembros de la Unión Africana (UA). Los magistrados deben ser nombrados por la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la UA en votación secreta de entre los tres candidatos propuestos por cada Estado miembro, teniendo en cuenta las principales regiones africanas y sus tradiciones jurídicas, así como una adecuada representación por género. La Corte tiene una historia breve en comparación con sus pares de Latinoamérica y Europa, y el resultado de su trabajo es también mucho menor, pero sin duda con el establecimiento del Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos se dio un paso transcendental en la consolidación del sistema africano de derechos humanos, un logro de esperanza para todo un continente.
Es por eso que desde el CIPDH resaltamos la importancia de acompañar y respaldar el trabajo que día a día mediante el debido ejercicio establecido por la Carta Africana de Derechos Humanos y esta Corte, pese a las distintas situaciones regionales, puedan ejercer con plena libertad su deber de defender, hacer cumplir e impartir justicia en relación a la defensa de los derechos humanos en toda África.
Fuentes: ACNUR
La ONU contempla la necesidad de afianzar y fortalecer La Cooperación Sur – Sur como una de las herramientas clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el continente africano
“La Cooperación Sur-Sur es una manifestación de solidaridad entre pueblos y países del Sur que contribuye al bienestar de las poblaciones, su independencia colectiva y el logro de los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente, tales como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.” (ONU)
¿En qué consiste este acuerdo y cómo ha contribuido a favorecer la vida cotidiana de la población africana? La última Conferencia de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre Cooperación Sur- Sur BAPA+40 se realizó en Buenos Aires del 20 al 22 de marzo de 2019. A lo largo de estos años, pandemia de por medio, grandes ejemplos de acompañamiento y cooperación entre ambos continentes han logrado grandes resultados. Dado su carácter de importancia Naciones Unidas lo manifiesta mediante su agencia clave, la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur – Sur (UNOSSC). Desde allí, se establece que esta cooperación entre los países del Sur se lleva a cabo a través de un marco de colaboración amplio en las esferas política, económica, social, cultural, medioambiental y técnica. Pueden participar dos o más países en desarrollo y puede ser una cooperación a nivel bilateral, regional, intrarregional o interregional. Otra modalidad es la cooperación triangular, una colaboración en la que los países donantes tradicionales y las organizaciones multilaterales facilitan las iniciativas Sur-Sur con financiación, capacitación, sistemas de gestión y herramientas tecnológicas. Ejemplos de estas iniciativas han sido: el apoyo de Cuba en la lucha contra el ébola en África occidental, la experiencia de México en la diversificación de productos de maíz para mejorar la salud y la nutrición en Kenia y el conocimiento de estrategias para reducir el hambre que Colombia comparte con los países mesoamericanos, entre otros.
En un desafío constante de unión y acercamiento y para asegurar un mayor resultado de cooperación, desde la ONU, se establecieron los siguientes Objetivos:
- Fomentar y fortalecer la autosuficiencia de los países en desarrollo mediante el aumento de su capacidad creativa para encontrar soluciones y capacidades tecnológicas a sus problemas de desarrollo y formular las estrategias necesarias para abordarlos.
- Promover y fortalecer la autosuficiencia colectiva entre los países en desarrollo mediante el intercambio de experiencias que conduzcan a una mayor conciencia de los problemas comunes y un mayor acceso a los conocimientos disponibles.
- Reconocer y responder a los problemas y necesidades de los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países más gravemente afectados, por ejemplo, por desastres naturales y otras crisis, y permitirles alcanzar un mayor grado de participación en actividades económicas internacionales.
Aún queda mucho por hacer y desde nuestros comienzos como CIPDH acompañamos y celebramos esta cooperación mutua con el desafío de seguir trabajando y la visión puesta en la igualdad de oportunidades de todos los pueblos, principalmente de las mujeres y de los niños y niñas de África.
FuenteS: ONU | UNOSSC
Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024)
En diciembre de 2014 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó, en su resolución 68/237, el Decenio Internacional para los Afrodescendientes 2015-2024 cuyo objetivo principal es reforzar acciones y medidas que garanticen el pleno ejercicio de los derechos socioeconómicos, culturales, civiles y políticos de los afrodescendientes, así como su participación plena y equitativa en la sociedad.
Bajo el lema “Reconocimiento, Justicia y Desarrollo”, el documento ofrece un marco para estimular a los Estados a erradicar las injusticias sociales heredadas de la historia y luchar contra el racismo, los prejuicios y la discriminación racial que aún sufren los afrodescendientes.
El Decenio confirma la voluntad de los países miembro de la ONU de revelar la historia, la memoria y las implicancias contemporáneas de la esclavitud en las diferentes regiones del mundo. Brinda la oportunidad de reflexionar sobre la deshumanización y la deportación de millones de seres humanos y la resistencia que permitió redefinir las nociones de humanidad, dignidad, ciudadanía, equidad y libertad.
La Resolución funciona como plataforma operacional para:
- alentar a los Estados a implementar políticas apropiadas para reducir las injusticias, el racismo y la discriminación, y
- promover la diversidad cultural a través de la valorización de las herencias comunes surgidas de las interacciones provocadas por la historia de la esclavitud.
Sus principales objetivos son:
- Promover el respeto, la protección y la realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de los afrodescendientes, reconocido en la Declaración universal de derechos humanos
- Impulsar un mejor conocimiento y un mayor respeto por la diversidad del patrimonio y la cultura de los afrodescendientes y su contribución al desarrollo de las sociedades
- Aprobar y fortalecer marcos jurídicos nacionales, regionales e internacionales de conformidad con la Declaración y el Programa de acción de Durban y la Convención internacional sobre la eliminación de todas la formas de discriminación racial para asegurar su aplicación plena y efectiva
El CIPDH ha definido, en función de los lineamientos establecidos por UNESCO en el documento 37 C/4 2014–2021 PROYECTO DE ESTRATEGIA A PLAZO MEDIO, fortalecer el eje Sur-Sur (América Latina – África) poniendo especial énfasis en intercambiar experiencias y reforzar conocimientos con vistas a aplicar estrategias previstas en sus Ejes Temáticos bajo una perspectiva de género que incluya las necesidades actuales de los jóvenes.