El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales se celebró el 15 de octubre de 2008. Fue establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de fecha 18 de diciembre de 2007. En ella reconoce la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
En la mayoría de las comunidades rurales, las mujeres ocupan un lugar fundamental y de empoderamiento. Son ellas las que encabezan las economías de sus familias, las luchas por sus tierras y la conquista de derechos. Ellas se enfrentan a diario con los desafíos que la ruralidad representa y consiguen, con mucho esfuerzo, desarrollar las mejores herramientas para el sector productivo.
Datos de Naciones Unidas afirman que las mujeres rurales representan más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, y más del 50% en determinadas partes de África y Asia.
Para un mejor sostenimiento y desarrollo productivo, los Estados y los gobiernos deben contribuir en la implementación de medidas que puedan mejorar la vida de las mujeres rurales, incluidas las de las comunidades indígenas y especialmente aquellas con discapacidad.
Es propicio tenerlas en cuenta apoyando su participación plena e igualitaria en la toma de decisiones a todos los niveles, así como también brindarles amplio aval financiero y desarrollo económico.
Las mujeres rurales son la fuerza motora de sus comunidades.