Cada 19 de agosto se levanta en alto el trabajo silencioso y valioso de cada persona que brinda su asistencia humanitaria. Son los verdaderos héroes y heroínas de nuestro mundo real y tienen una capacidad extraordinaria de perseverar a pesar de los obstáculos.
En diciembre de 2008 en la Resolución (A/RES/63/139), la Asamblea General declaró el 19 de agosto Día Mundial de la Asistencia Humanitaria en memoria del brutal atentado terrorista, en agosto de 2003, contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad (Iraq) que se cobró la vida de 22 personas, entre ellas el enviado de la ONU, Sergio Vieira de Mello.
Las personas que brindan desinteresadamente asistencia humanitaria están comprometidas con el bienestar ajeno sin importar condiciones sociales, religiosas o culturales y, muchas veces, se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad, inseguridad, desprotección y aislamientos geo-territoriales.
Un reporte publicado recientemente por Naciones Unidas señala que quienes hacen trabajo trabajo humanitario están superando obstáculos de acceso sin precedentes para ayudar a las personas en crisis humanitarias en más de 60 países y lo hacen con responsabilidad, compromiso, con profesionalismo y dedicación, arriesgando cada segundo sus vidas.
Durante 2022, 274 millones de personas necesitaron asistencia y protección humanitaria. Este número es un aumento significativo de 235 millones de personas necesitadas por año, el número más alto en décadas.