El Día Mundial de la Salud, celebrado el 7 de abril de cada año, es una oportunidad para destacar la importancia de la salud en nuestras vidas y promover acciones que mejoren la calidad de vida de las personas. Sin embargo, en esta ocasión, consideramos que es fundamental abordar esta temática desde una perspectiva inclusiva y consciente de las personas con discapacidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la discapacidad como una condición que afecta la interacción de una persona con su entorno debido a barreras físicas, sociales o actitudinales. Es de vital importancia reconocer que las personas con discapacidad enfrentan desafíos adicionales en términos de acceso a la atención médica y a los servicios de salud en general.
Una de las metas más fundamentales para garantizar los derechos de las personas con discapacidad en el ámbito de la salud es garantizar la accesibilidad plena,los centros de salud y hospitales públicos y de gestión privada deben ser adaptados plenamente para satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad. La falta de rampas, ascensores inadecuados, baños inaccesibles y la ausencia de personal capacitado en atención inclusiva son solo algunos de los riesgos que debemos neutralizar en pos de superar todo tipo de barreras que pueden impedir un acceso equitativo a la atención médica.
Se debe aumentar la conciencia y conocimiento sobre las necesidades de las personas con discapacidad en el ámbito de la salud. Aún existen asignaturas pendientes para poder transitar hacia un modelo de atención de la salud inclusivo y continuar derribando estereotipos y prejuicios sobre las capacidades de las personas con discapacidad. La falta de una perspectiva inclusiva en la atención sanitaria puede desembocar en una atención deficiente, con diagnósticos erróneos, tratamientos inadecuados o falta de empatía hacia las necesidades particulares de cada individuo.
Para abordar estos desafíos, consideramos que es primordial fomentar la inclusión en el sistema de salud. Esto implicaría realizar inversiones en infraestructuras y servicios de salud accesibles, que tengan en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad. Además, es totalmente necesario formar a los profesionales de la salud en atención inclusiva, concientizándolos sobre las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad y promoviendo una atención basada en la igualdad y el respeto.
Asimismo, observamos que es realmente fundamental la participación activa de las personas con discapacidad en la planificación y toma de decisiones relacionadas con la salud. Las políticas y programas deben ser diseñados junto con las personas con discapacidad, reconociendo su experiencia y perspectiva única. Esto garantizará que las soluciones propuestas sean inclusivas y aborden adecuadamente las necesidades y derechos de este colectivo. No podemos permitir que las barreras impidan el acceso a una atención médica de calidad y el disfrute pleno del derecho.
Enfrentar estos desafíos es un esfuerzo colectivo que requiere el compromiso de gobiernos, profesionales de la salud y toda la sociedad en su conjunto. La salud es un derecho humano fundamental y, nosotros como sociedad, debemos trabajar juntos para garantizar que todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad, tengan acceso equitativo a la atención médica y a los servicios de salud. Solo así podremos construir una sociedad más inclusiva y saludable.
Lic. Fernanda Gil Lozano: Directora Ejecutiva CIPDH
Lic. Sofía Pirsch Spadaro: Asesora del Área de Estudios e Investigaciòn CIPDH
