El jueves 9 de septiembre se desarrolló una nueva jornada de trabajo, previa al Segundo Encuentro de Mujeres de la Tierra. América Latina, Caribe y África. Recopilación de saberes y experiencias para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, actividad que el Centro Internacional para la Promoción de Derechos Humanos bajo los auspicios de UNESCO llevará a cabo en octubre de este año.
La serie de encuentros tiene la finalidad de reunir experiencias y protagonismos en el acceso, promoción y defensa de derechos de mujeres rurales de las tres regiones. En esta oportunidad, reunidas en forma audiovisual a través de una plataforma electrónica, participaron mujeres rurales de Perú que expusieron las diferentes problemáticas que atraviesan como mujeres y como comunidades rurales y/o indígenas en su país.
La Directora Ejecutiva del CIPDH, Fernanda Gil Lozano, abrió la actividad, agradeció la presencia de las participantes y puso de manifiesto su convicción en la necesidad de que las mujeres rurales sean escuchadas. “Las mujeres tenemos mucho que decir en esto de salvar al mundo” manifestó Gil Lozano, quien además expresó su seguridad en el “intercambio virtuoso” que se dará en este encuentro de mujeres de América Latina, el Caribe y África.
A continuación, Elena Hanono, Pía Berdiñas y Magdalena Aquino, integrantes del equipo de trabajo del CIPDH, agradecieron la presencia de Ana María Riveiro, abogada argentina e integrante de la Cooperativa Colonizadora de la Federación Agraria Argentina, y de Antonia Chávez, docente e investigadora mexicana, Consejera del “ObservaLAtrata”, quienes habían formado parte del Primer Encuentro. También a Giovana Bendezú, perteneciente al colectivo Warmis sin Fronteras, quien facilitó los contactos con cada una de las participantes de la mesa.
Luego, cada una de las participantes relató las experiencias, problemáticas y trabajos desarrollados en sus territorios y comunidades. Comenzó María Elena Carbajal, de la Asociación de Mujeres Peruanas Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas (AMPAEF), quien narró la dramática situación que sufrieron a partir de 1996 centenares de miles de mujeres que fueron esterilizadas contra su voluntad, las secuelas físicas, sociales y psicológicas que sufren actualmente las víctimas, la lucha contra los poderes político y judicial para que se reconozca como delito, no se archiven las causas y la dura realidad por el difícil acceso a la salud que se vive en sus comunidades, situación que hoy agrava la pandemia. Lourdes Huanca Atencio, de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), detalló el trabajo desarrollado por esta organización, que congrega 160 mil integrantes de todo Perú y recoge las demandas de mujeres rurales y urbanas, nativas e indígenas, asalariadas y artesanas. Huanca Atencio expresó que el trabajo de su organización se basa en dos pilares: la soberanía del cuerpo de la mujer y la defensa del territorio, su agua, la tierra, la semilla y la soberanía alimentaria.
Posteriormente, Karin Anchelia, de Grupo Impulsor Contra el Racismo, abordó el trabajo que encara este colectivo de profesionales contra la discriminación y el racismo, en la lucha contra “un problema que viene desde la época de la colonia y que aún no se ha erradicado”. Anchelia contó que se trabajó con muchas y diversas comunidades en un contexto en que las políticas públicas que llevó Perú en el tema no fueron efectivas y con un escenario electoral reciente en el que “quedaron muy claros la discriminación y el racismo existentes”. Luego, Elvira Jurado, Comunera Activa de la Comunidad San Antonio de Rancas, relató la pelea que afrontan para defender los derechos de las comunidades y poblaciones contra el avance de las empresas mineras. Actualmente, la organización también denuncia el agravamiento de la situación de la educación en muchas comunidades, por las restricciones de circulación originadas por la pandemia y la falta de acceso a internet.
Ángela Chislla, lideresa en Ayaviri, en el departamento de Puno, expuso los problemas que enfrenta su pueblo, ubicado en lugares de montañas a gran altitud, por la contaminación del agua que realizan las empresas mineras que operan cerca del lago Titicaca. “La minería sólo nos ha dejado desolación. Se nos contaminan animales, agua, alimentos. Estas empresas depredan los recursos naturales y encima no pagan impuestos”, manifestó Chislla, quien además denunció la esterilización de muchas mujeres y la discriminación permanente que sufren en lo político electoral y lo laboral. A continuación, Ali Reyes, de Warmis sin Fronteras, mencionó la labor que desarrollan en la organización, un espacio de migrantes peruanas en Europa y Latinoamérica que promueven la integración con las comunidades originarias.
Rosilda Nunta Guimaraes, de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), brindó detalles del trabajo que lleva adelante la organización, que es vocera de los pueblos indígenas de la Amazonía del Perú y que trabaja por la defensa y el respeto de sus derechos colectivos. Expresó que son 112 organizaciones amazónicas en resistencia, con sus propias agendas que quieren llevar a transformarlas en políticas públicas. La soberanía alimentaria, la depreciación de los recursos, la violencia contra las mujeres y niños y niñas, la política educativa intercultural y la discriminación, son hoy sus problemas más acuciantes.
Finalmente, Lourdes Huanca Atencio invitó a las mujeres rurales de Argentina a la 2ª Cumbre Internacional de Mujeres de Abya Yala que se realizará en Lima en octubre, cumbre organizada por la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Fenmucarinap) en conjunto con otras siete organizaciones indígenas de la región, y que reunirá mil lideresas indígenas de todo el Perú y América Latina.
En el cierre de la jornada, las integrantes del equipo de trabajo del CIPDH manifestaron su satisfacción por el intercambio y la convicción de poder continuar con esta línea de trabajo. Este encuentro, que fue grabado con el permiso de las participantes, conformará parte de la plataforma de Mujeres de la Tierra, un espacio en el que el CIPDH reunirá experiencias y protagonismos en el acceso, promoción y defensa de derechos de mujeres rurales de América Latina, el Caribe y África.